Alerta: la pandemia, en manos de jefes de campaña

Un clima de cierta normalidad restablecida empieza a campear en todo el país. 

El fin de semana fue un buen ejemplo: gente en todas partes, reuniones masivas, un menor uso de barbijos.

Anuncios y promesas de normalidad. La gente vuelve a bailar, vuelve a salir, a reunirse, se ilusiona con viajar otra vez, espera regresar pronto a los estadios de fútbol.

Está bien. Y estaría mejor si esa salida de la segunda ola de la pandemia no fuese contemporánea de los anuncios de la llegada de la variante Delta.

Estoy simplemente dando un alerta: la política sanitaria puede quedar en manos de los jefes de campaña.

A las torpezas cometidas por encierros a destiempo y compras fallidas de vacunas que llegaron tarde o nunca, se suma otro problema: el riesgo de un cambio de lógica.

Ya no son los infectólogos los asesores principales: ahora son señores que se encargan de hacer encuestas, interpretarlas y proponen decisiones en función de ese clima social para conseguir votos.

¿Se entiende la diferencia? Sí, se entiende la diferencia.

Esto incluye al presidente Fernández, que se declara inocente de haber participado de varias reuniones sociales en tiempos de cuarentena estricta.

Y también involucra a diputados opositores que presentaron un proyecto para amnistiar a los más de 30 mil acusados de violar las normas sanitarias.

¿Quién podrá salvarnos ahora?, preguntaría el Chapulín.

Nuestra responsabilidad. Nuestra propia responsabilidad.