Campaña: el dudoso mérito de vacunar y dar créditos

Todos los países están vacunando gratuitamente a su población, unos más, otros menos. Entonces qué celebramos. Es una obligación de los Estados vacunar a su gente.

¿Celebramos que hasta ahora sólo el 15% tenga la vacunación completa? Comprendo la emoción de la persona que se va a vacunar. Se comprende esa emoción personal, pero convertirla en un acto de campaña electoral, no lo entiendo.

Si uno mira un ranking, ahora que vemos todos los días el Medallero Olímpico, encontraríamos que estamos debajo del puesto 50 en cuanto a cantidad de vacunas colocadas y, sobre todo, en cuanto a los esquemas completados para cada una de las personas.

En campaña, créditos: este es la otra pata de la cuestión. Se ha dicho que nos conviene tomar créditos con el Ahora 12, 24 y 30. Pero conviene porque la inflación es del 50%, o sea, aceptamos pagar una tasa del 29% de interés, porque el Gobierno nos está encajando una inflación del 50%.

Nos están ofreciendo que nos endeudemos porque se supone que ese endeudamiento tiene como contraprestación un poquito de felicidad pasajera. Deberíamos detenernos a reflexionar un poquito sobre el costo que significa la inflación a cada uno de nosotros. No es un regalo el crédito, no es un regalo la inflación: es un problema.

Con una tasa del 29% y una inflación del 50%, alguien debe pagar ese 21%, pero no lo hace el bolsillo del presidente, sino nosotros mismos, porque ese subsidio sale de los impuestos que nosotros mismos pagamos. Es como una pelota que gira y vuelve al mismo lugar.