Falta un año, pero las decisiones electorales ya empezaron a tomarse

Hace tres días, el 13 de agosto, se cumplió un año del triunfo de Javier Milei en las PASO de agosto. En ese momento, el escenario político argentino se transformó, y Milei dejó de ser solo una figura emergente para convertirse en una alternativa de poder concreta. Con cerca del 30% de los votos, desplazó a Juntos por el Cambio como principal oposición, y a partir de ahí comenzó a construir lo que culminó en su triunfo del 56% en noviembre. Pero, ¿qué ha pasado en este año?

Todos sabemos que lo que ha sucedido en un año ha sido significativo, pero lo que realmente preocupa a los políticos es qué pasará el año que viene. Las PASO no se han derogado, lo que significa que el calendario electoral del próximo año es crucial para ellos. Ya han comenzado a trabajar en sus ofertas políticas y la variable más importante que están considerando es el estado del presidente y cómo llegará a las elecciones. Este análisis se traduce en dos opciones: aliarse con Milei o buscar una alternativa política que les permita restarle votos.

Algunos sectores del PRO y del radicalismo, especialmente los gobernadores como Cornejo y Pullaro, están considerando una alianza con Milei. Por otro lado, también hay quienes están buscando construir una alternativa política para el próximo año. Un ejemplo de esto es Schiaretti, quien está formando un sector político que se denomina Hacemos por el País, similar a su actual agrupación Hacemos por Córdoba. Es probable que el año que viene, cuando inicie la carrera electoral, haya diez o doce provincias que se sumen a esta iniciativa.

Dentro de Hacemos por el País, se plantea la posibilidad de una alianza entre el radicalismo de Santa Fe y el peronismo de Córdoba. Sin embargo, también existe la opción de que Pullaro decida aliarse con el gobierno nacional desde una perspectiva electoral. El juego está abierto y el punto de partida es claro: a Milei le va bien porque a los demás les va muy mal. Si Milei continúa con su buen desempeño, le será relativamente sencillo acumular más poder el año que viene. Pero es importante recordar que esto no es una cuestión matemática.

Lo que se viene el año que viene puede no interesarles a los ciudadanos, pero es de vital importancia para los políticos. Y en este contexto, la desconexión entre la política y la realidad de la gente se hace cada vez más evidente.