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26/03/2024 | 11:43
Redacción Cadena 3
Sergio Suppo
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La vieja costumbre del maltrato del Estado
Hay un asunto que afecta a muchos ciudadanos y que tiene que ver con la relación entre el Estado y los ciudadanos.
Estamos acostumbrados a que nos maltraten desde el Estado, a que nos pidan cosas innecesarias o nos cobren indebidamente.
Una persona fue invitada a dar una charla en una escuela secundaria provincial, pero le advirtieron que debía obtener un "Certificado de No Registro por Delitos de Integridad Sexual". Este certificado debe ser gestionado ante el CIDI (Centro Digital para la Interacción con el Estado) y ante el Ministerio de Justicia.
O sea que la persona que tiene que ir a la escuela porque le invitaron y de buena onda va a ir a dar una charla, ni siquiera va a cobrar esa conferencia, nada, tiene que hacer un trámite ante el CIDI y gestionar ante el Ministerio de Justicia que no está en el registro de delitos contra la integridad sexual. No sólo eso. Hay que pagar por obtener ese certificado.
Este procedimiento viola principios elementales como el principio de inocencia y genera una burocracia infinita. Además, es algo que debería resolver el propio Estado: si alguien va a dar una charla en una escuela, el Ministerio de Educación debería consultarlo directamente con el Ministerio de Justicia sin necesidad de involucrar al individuo.
Este caso no es un incidente aislado. Todos los docentes y no docentes provinciales deben realizar este mismo trámite. O sea que el Estado también bolsiquea a sus propios empleados pidiéndote un certificado que tiene que generar el propio Estado.
Me parece una prevención razonable que en otras épocas no se tomaba y está bien que se haga el control de antecedentes para quien va a ingresar a una escuela, más que nada. Pero lo tiene que hacer la propia institución ante el Ministerio.
Yo quisiera creer que esto que acabo de decir sirva para que algún burócrata del Ministerio de Educación de la provincia, como de otras muchas reparticiones que tiene el Estado, se den cuenta que los ciudadanos son eso, ciudadanos, personas con derechos, a las que ningún burócrata le puede generar o arruinar la vida, porque además, en este caso, como la persona no va a poder dar la charla, también se está perjudicando los alumnos de esa escuela pública que iban a escuchar una conferencia sobre un determinado tema.
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