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17/09/2024 | 12:49
Redacción Cadena 3
Sergio Suppo
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Las alianzas transitorias que teje Milei para evitar disgustos en el Congreso
El radicalismo es un partido que parece estar atravesando un temblor constante. Todos los días cruje y se le desprende algo, unos días se le van unos con el kirchnerismo, otros días se van con Macri y ahora se le están yendo con Javier Milei.
Los que se van son sus dirigentes, pero lo más preocupante es que silenciosamente también se están yendo sus votantes. Se están yendo de ese partido a escala nacional, no tanto provincial, porque en las últimas elecciones al radicalismo no le fue mal. Ganó por primera vez en 60 años la provincia de Santa Fe, retuvo Mendoza, retuvo la provincia de Corrientes, la provincia de Jujuy. En fin, en algunas provincias gobierna y tiene más gobernadores que en el anterior turno de gobierno.
Sin embargo, a nivel nacional es un verdadero desastre. Un verdadero desastre que tiene explicaciones por el propio radicalismo, que se ha convertido en un partido sin liderazgo hace mucho tiempo.
La falta de un líder fuerte desde la muerte de Raúl Alfonsín, el último gran líder que tuvo el radicalismo y desde entonces, no tiene líderes de reemplazo. Además, no tiene una oferta consistente. Tiene una identidad que va perdiendo lenta y gradualmente.
Hoy, Milei tendrá un encuentro con más de 100 personas, y aunque la carne esté cara, parece que busca reunir a su tropa legislativa que, aunque no sea propia, le da algunas señales de por lo menos impedir que ocurran cosas desagradables para el gobierno como las que ya ocurrieron con el forzamiento de una reforma jubilatoria.
Esto no significa que Milei esté armando una fuerza política con los restos del radicalismo, del PRO y del peronistmo, sino que tiene una fuerza de aliados transitorios que le van a servir si se maneja inteligentemente para evitar tener desgracias en el Congreso de la Nación.
¿Por qué digo que no va a buscar aliados permanentes el presidente? Porque Javier Milei tiene una ideología definida y requiere esa ideología definida que es un liberalismo ortodoxo, un desprendimiento completo de la actividad del Estado. Requiere de un apoyo electoral más consistente que va a buscar con tropa propia, con diputados y senadores propios en las elecciones del año que viene.
Lo concreto y lo real, es que por ahora él no se aliará con un pedazo del radicalismo, ni con un pedazo del PRO, ni con una partecita del peronismo. Sí se va a sacar una foto, los va a tener contentos, les va a resolver algunos problemas o pedidos que le hagan por abajo y por arriba de la mesa; pero no mucho más que eso.
Es importante señalar que su estrategia no contempla alianzas permanentes. Su ideología liberal ortodoxa requiere un apoyo electoral más sólido que, según parece, buscará en las elecciones del año que viene, con la esperanza de contar con su propio bloque de diputados y senadores.
En este contexto, el radicalismo se encuentra en una encrucijada. Mientras Milei se mueve con astucia, el partido parece perder cohesión y dirección. Los políticos a menudo piensan en las elecciones con demasiada anticipación, mientras que la gente tiene otras preocupaciones que no siempre se alinean con el juego político. Así, se crean dos mundos paralelos que rara vez se tocan.
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