Lo que está en juego con el juego online

Me encuentro reflexionando sobre las recientes declaraciones del Cardenal Ángel Rossi, un invitado particularmente relevante tanto en Córdoba como en todo el país. En su visita a La Argentina Hoy, Rossi dejó definiciones que merecen una pausa para su análisis. Este sacerdote no se anda con rodeos: habla claro y directo sobre lo que le preocupa y lo que le duele.

El Cardenal expresó su preocupación por la situación social actual: "Hoy llega menos comida. Hay ámbitos donde llegaba que hoy no están llegando". Aunque algunos pueden criticar el uso de los recursos destinados a la ayuda social, Rossi destaca que hay ámbitos honestos y válidos que ya no están recibiendo estos recursos. ¿Qué está diciendo realmente? Que hoy hace falta más comida porque hay más pobreza y llega menos ayuda social.

Sabe de lo que habla. No sólo es arzobispo de Córdoba y cardenal (un príncipe de la iglesia), sino también el creador de una gran ONG llamada Manos Abiertas.

También abordamos otro tema crucial: el juego online. Las palabras del cardenal son fuertes pero precisas: "Córdoba le ha puesto en la mano a los chicos un casino", refiriéndose a nuestros teléfonos móviles. Esta es una realidad que no sólo afecta a Córdoba, sino también a la legalización del juego online en distintas provincias de Argentina y en todo el mundo.

La ley que legaliza el juego online fue presentada por legisladores opositores al peronismo de Córdoba en 2021 y se aprobó el 29 de diciembre del mismo año, en plena pandemia. El 21 de noviembre del año pasado, dos días después del triunfo de Milei, comenzó a regir aquí en Córdoba con la participación de cuatro empresas que ganaron la licitación.

Es importante destacar que esta es una decisión política. Se ha decidido permitir una sociedad donde se apuesta y se juega. Esto ha multiplicado exponencialmente las oportunidades para jugar: ya no hace falta ir presencialmente a un casino o agencia de lotería. Ahora puedes hacerlo desde tu teléfono móvil.

¿Qué hacen los chicos con sus teléfonos durante los recreos? ¿Están viendo videos o están convirtiéndose en adictos al juego? Los jóvenes pueden jugar tanto al juego oficial como al clandestino, lo que genera empleo clandestino y mafioso.