Los milagros de la Navidad de Messi y de la Selección

Estamos en un lugar extraordinario, histórico. Un lugar en el que se construyó y se construye la cultura popular, en le que han ocurrido muchos milagros. En este lugar ocurre el milagro de Mercedes Sosa de la mano de Jorge Cafrune, el de Soledad y poco después el de Abel Pintos.

Es un lugar milagroso en un tiempo sobrecargado de milagros. Mañana se va a cumplir un mes desde que los argentinos vivimos en una especie de montaña rusa. Hemos vivido en una montaña rusa de emociones. Hace un mes jugaba la Argentina con Arabia Saudita.

Hemos dicho aquí que el fútbol no borra la realidad. La condimenta. En el caso nuestro, por suerte, nos la ha alegrado. Han ocurrido varios milagros consecutivos a lo largo de todo este mes. El temido mes de diciembre, el peligroso mes de diciembre para los argentinos, que por suerte estamos terminando en paz tan milagrosamente.

Han ocurrido milagros futbolísticos y han ocurrido otros milagros En medio de desaguisados y despropósitos como el que comentábamos ayer del despropósito gigantesco de un gobierno que ignora que el resto del país debía trabajar ayer y no tenía que tener feriado.

Teníamos que trabajar todos, salvo, naturalmente, lo que quisieron y pudieron participar del extraordinario festejo en la ciudad de Buenos Aires. También allí hubo un milagro providencial. Muchos millones de personas Algunos dicen cinco, otros dicen cuatro. Una multitud inusitada de gente terminó yéndose a su casa, frustrada por la desorganización, pero feliz por haber participado en conjunto del festejo. Pudo haber ocurrido. Lo peor no ocurrió. Fue otro milagro, otro milagro de Navidad.

Estamos culminando un diciembre milagroso a pesar del tironeo al que sometieron a la selección y que Messi gambeteó otra vez.

Anoche comentábamos que Messi hace más de quince años que viene eludiendo a políticos porque no se ha querido comprometer. Es su elección, su decisión, como la de cualquiera otro

Messi fue el gran protagonista del mejor Barcelona de todos los tiempos en el mismo momento en el que Cataluña estaba por separarse virulentamente de España .Lo tironearon de todos lados a Messi .

Messi nunca se pronunció ni a favor ni en contra. Mirá si lo van a tironear ahora los muchachos de La Cámpora que se pusieron en fila al pie de la escalerilla y Messi pasó al lado y ni los miro.

Tampoco atendieron el reclamo enardecido de los funcionarios del gobierno para que se subieran al balcón de la Casa Rosada. Eligieron no hacerlo. Para eso también sirve a veces el poder para elegir lo que uno quiere hacer. Y los jugadores eligieron terminar bien el milagro sin atender a las estupideces de la política.