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21/11/2024 | 12:16
Redacción Cadena 3
Sergio Suppo
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Milei y Villarruel, otra fórmula que se rompe y se suma a una larga lista
La relación entre presidente y vice siempre ha sido mala, porque el cargo de vicepresidente está para reemplazar al presidente si el presidente se muere, o si lo destituyen. Con lo cual, si el presidente es un poco susceptible, sospecha toda la vida que el vicepresidente lo quiere voltear. La historia es larguísima. Aquí y en el mundo.
En Argentina, desde que se restableció la democracia hemos tenido 10 vicepresidentes como otros tantos presidentes elegidos. De esos, siete no se pelearon en público con el presidente de turno. Víctor Martínez, que fue el vice de Raúl Alfonsín, los golpistas de la época lo intentaron tentar, pero Víctor Martínez tuvo una conducta intachable.
Con Cristina, Amado Boudou desbarrancó solo, terminó preso, condenado por corrupto, y ya no forma parte del kirchnerismo, pero como vicepresidente no se peleó nunca con Cristina. Lo mismo con Gabriela Michetti. ¿Quién se acuerda de Gabriela Michetti? La vicepresidenta de Mauricio Macri; no tuvo un papel significativo, pero no se peleó en público.
Después, tengo la colección de peleas y de todos los gustos. Eduardo Duhalde y Carlos Ruckauf, vicepresidentes de Carlos Menem, terminaron en desacuerdos profundos con él. Chacho Álvarez pegó el portazo, se fue, renunció. Creyó que el pueblo iba a ir a acompañarlo cuando lo abandonó a De la Rúa denunciando que había coimas en el Senado. Daniel Scioli, es un caso especial porque no se peleó con Néstor, se peleó con Cristina que en ese momento era senadora. Con Julio Cobos, la historia es conocida por la resolución 125 y su famoso voto no positivo. Después de que le votó en contra en el conflicto del campo, fue perseguido de todas las formas por el kirchnerismo. Cristina, como vice, fue una pesadilla para Alberto Fernández. Lo vivió criticando.
En el caso de Victoria Villarruel, su situación se torna más complicada. Desde el inicio, se la relegó a un segundo plano en el gobierno por la mala relación que mantiene con Karina Milei, quien es parte del círculo cercano del presidente. Villarruel tiene una personalidad fuerte y un proyecto político propio, lo que la convierte en una figura difícil de manejar para un presidente que reclama lealtad incondicional.
La relación entre Milei y Villarruel, que ya era tensa, se ha hecho aún más evidente con las declaraciones recientes del presidente, quien dejó claro que su vicepresidenta es su adversaria política. Este tipo de afirmaciones son impactantes en el contexto político, ya que Villarruel tiene un papel clave en el Senado, donde su influencia puede ser determinante en la conducción de las sesiones.
La pregunta que surge es si Villarruel buscará establecer un partido propio en las próximas elecciones. Esta es una inquietud que resuena en todo el sistema político argentino. Por su parte, Milei enfrenta el desafío de manejar esta situación, ya que Villarruel es el único funcionario del gobierno, junto con él mismo, que tiene un mandato de cuatro años, lo que complica aún más la relación y la posibilidad de una ruptura total.
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Tensión en el oficialismo
El jefe de Estado dijo que su vicepresidenta eligió “dejar de participar” de las reuniones de gabinete. “No tiene ningún tipo de injerencia en la toma de decisiones”, subrayó.
Reunión bilateral
"Son administraciones afines y hay una relación especial en nuestras naciones. Defendemos el comercio libre, la sensatez y la propiedad privada a raja tabla. Queremos recuperar la libertad", expresó.