Por qué nadie se ocupa en serio de la educación

Nos gusta vivir de recuerdos y repetir slogans. Decimos que defendemos determinadas cosas como la educación pública y eso nos tranquiliza. Pero no soluciona nada.

Hoy vemos mezclados dos temas distintos: por un lado, una paritaria entre el gobierno y las universidades; por otro lado, una discusión política entre el gobierno y las universidades sobre quién es el verdadero defensor de la educación pública. Ambas partes parecen olvidar que están discutiendo por plata, no por valores como el de la educación pública.

Esta discusión ha motivado una gran movilización a la que se han sumado actores políticos clásicos del sistema político argentino. Algunos son responsables de la larga decadencia de nuestra educación; otros van con buena fe para defender en las calles lo que creen justo.

Sin embargo, en medio de todo esto nunca se discute realmente el fondo del problema. Afirmamos con vehemencia que "la educación es lo más importante", "hay que defender la educación pública" porque esa es "la base del progreso social". Pero ¿cuánto hacemos realmente para mejorar nuestra situación?

La Argentina fue hace más de un siglo uno de los países a la vanguardia en materia educativa gracias al proceso iniciado durante los gobiernos de Roca, Sarmiento y Avellaneda. Pero hoy en día, ¿conocen ustedes algún presidente que haya tenido un interés real por mejorar la educación en la Argentina?

La educación no ha sido una prioridad para nuestros gobernantes en las últimas décadas. Muchos han confundido la educación con la infraestructura, construyendo más escuelas y universidades pero sin discutir el verdadero problema: que cada vez educamos peor a nuestros hijos.

Las universidades argentinas son endogámicas y no se conectan con una realidad decadente. Nuestros estudiantes ingresan a ellas con dificultades para estudiar debido a una mala formación previa.

Y mientras tanto, ¿qué hace nuestro gobierno actual? ¿Se resguarda detrás de la autonomía de las provincias y universidades? La educación es un problema nacional del que nadie parece querer hacerse cargo.