San Juan consolida una tendencia al cambio en el centro de la Argentina

Han pasado ya, nada más y nada menos que 14 elecciones provinciales. Parece mentira, pero domingo a domingo, desde marzo, en que empezaron los turnos electorales en la Argentina, ya tenemos configurado una buena parte del mapa político que viene. Todos estos gobernadores van a asumir recién el 10 de diciembre. 

Ayer, una novedad política, consecuencia de un empecinamiento de quien fue el gran derrotado, el gobernador de San Juan, Sergio Uñac, empecinamiento que consistió en violentar la Constitución de la provincia, lo que obligó a una presentación judicial, lo que motivó un fallo de la Corte Suprema. 

Entonces tuvo que poner a otro candidato. ¿A quién se le ocurrió poner a Uñac? Al hermano, que perdió además ayer, en otra parte de las ocurrencias fallidas del gobernador Uñac, porque temiendo perder, reimpuso la Ley de Lemas en la provincia de San Juan, así y todo perdió. Es la primera vez desde 1983 como mínimo que las provincias de Cuyo, San Luis, Mendoza y San Juan no son gobernadas, al menos en un caso, por el peronismo. 

Mendoza está en manos del radicalismo y juntos por el cambio, es muy probable que así continúe en el próximo periodo a tenor por las elecciones primarias que ya se hicieron ahí. 

En San Luis hubo otra de las novedades políticas de este año, que es que por primera vez perdieron los Rodríguez Saa. En este caso, Alberto ganó un ex dirigente de la propia agrupación de Rodríguez Saa, ya hace años se había ido más de 10, Claudio Poggi, que es el gobernador electo de la provincia de San Luis. Con lo cual, el mapa electoral incluye que ya ganaron de las 13 elecciones que hubo de gobernador, 10 oficialismos y tres cambiaron de color. 

Al principio de todo este ciclo había cambiado de color nada más y nada menos que la provincia de Neuquén, que desde 1963, salvo las dictaduras, había venido a ser gobernado por el movimiento popular neuquino. Ahí ganó un ex dirigente del MPN, que es ahora el gobernador electo de la provincia de Neuquén. Repaso rápidamente los resultados electorales, a qué partido pertenecen. En Río Negro y en Misiones ganaron partidos provinciales que responden o son afines al kirchnerismo. 

En Jujuy ganó Juntos por el Cambio. En Córdoba, falta consagrarlo, pero se sabe que ganó Martín Llaryora, que es un peronista antikirchnerista. 

Y después ganaron en Tucumán, La Rioja, Formosa, peronistas kirchneristas, lo mismo que en La Pampa, en Tierra del Fuego, en Salta y ya en Hombres Formosa. Ahora, si uno mira y pone colores al mapa político de la Argentina, va a encontrar un dato singular. 

El centro político de la Argentina, que es el centro geográfico y productivo del país, está tenido con los colores de Juntos por el Cambio o de partidos fuertemente antikirchneristas, como por ejemplo, hacemos por Córdoba, el peronismo de Córdoba. Y si uno proyecta lo que puede llegar a pasar en Santa Fe y lo que puede llegar a pasar en Entre Ríos, se va a encontrar con que muy probablemente, cuando sean las elecciones de gobernador en esas dos provincias, también allí pierda el actual peronismo filo kirchnerista y gane juntos por el cambio. 

Esto de alguna manera, sin ser una tendencia irreversible ni mucho menos -porque no necesariamente va a contagiar la elección presidencial-, está prefigurando un escenario que ya se había vivido en el año 2015 cuando ganó Macri. El centro productivo de la Argentina le está dando la espalda visiblemente al kirchnerismo en muchas provincias como Córdoba, hace muchos años ya ocurre esto, pero en otras provincias no, y esto es nuevo, o vuelve a producirse después de varios años atrás. 

¿Esto anticipa que el peronismo kirchnerista va a perder las elecciones? No, pero marca una insinuación, bastante significativa, teniendo en cuenta que varias derrotas como las de ayer en San Juan, marcan el agotamiento de un ciclo político en la provincia y una señal de alerta para la nación.