Se abrió la pelea por el poder que viene en el Gobierno

¿Quién gobierna en Argentina? Hay un gobierno y varios proyectos de poder al mismo tiempo. Es algo nuevo en el peronismo. El peronismo siempre se vanaglorió de ser un movimiento que tenía facciones de izquierda, sectores de derecha. Eso es parte del relato histórico, que no necesariamente se ajusta a la realidad cuando al peronismo le toca gobernar.

Ocurrió eso fundamentalmente en la década del ‘60, principios de los ’70,cuando Perón estaba en el exilio y prohijabaa las formaciones especiales de Montoneros, la violencia armada, por un lado, a los sectores gremiales por el otro. Pero cuando regresó al país cortó de un plumazo a la izquierda y gobernó el tiempo que le quedó de vida con una única consigna. Esto significa que eliminó las variantes ideológicas dentro del peronismo. De manera que lo de la amplitud ideológica del peronismo es relativo a la hora en la que el peronismo está en el poder.

Hay una circunstancia nueva, que es que el peronismo está en el poder pero está en decadencia, porque así lo marcó la elección primaria y probablemente así lo corrobore la elección general de medio término del 14 de noviembre. Y al mismo tiempo que vemos una desesperación por repartir plata para ver si recupera votos, vemos como dentro del Gobierno se están construyendo proyectos de poder propios y autónomos distintos unos de los otros. Repasemos muy rápidamente.

Está Alberto Fernández que formalmente es el presidente de la República, pero Alberto Fernández tiene cada vez menos poder propio dentro de la coalición gobernante.

Está Cristina Kirchner, que tiene la facción minoritaria más significativa, el kirchnerismo duro, La Cámpora, etcétera, con voto fundamentalmente en una parte del conurbano bonaerense.

Están los gobernadores, que ahora se expresan a través del jefe de gabinete, Juan Manzur, que tiene un proyecto presidencial y de poder propio para los próximos dos años y para el futuro.

Juan Manzur no es Cristina Kirchner; no es Alberto Fernández. Lo trajeron porque supuestamente iba a ser eficiente para recuperar el gobierno en su cacería de votos.

Está al mismo tiempo Sergio Massa, que es otro socio integrante de la coalición que reunificó al peronismo hace dos años para derrotar a Mauricio Macri. Massa está ahora tratando de tender algunos puentes con la oposición, de abrir alguna vía de negociación, pensando que después de las elecciones va a ser muy difícil administrar la Argentina.

Porque los problemas que el Gobierno tiene y los problemas que el Gobierno está acelerando con la emisión descontrolada de pesos van a ser muy serios.

Esta mañana apareció otro protagonista. No digo un factor de pobre porque no lo es claramente. El ministro de Economía, Martín Guzmán, en el en la apertura del Coloquio de IDEA diciendo que no se prevé ningún salto ni cambio devaluatorio. Ahora ¿quién garantiza que el 15 de noviembre no haya otro ministro de Economía? Porque Guzmán hace ya mucho tiempo está colgado de un pincel.

Esta diáspora,esta división que tiene el Gobierno y estos proyectos de poder diferentes al mismo tiempo que se produce una derrota y al mismo tiempo que hay una crisis económica, financiera y social descomunal, configuran un escenario ciertamente complicado. Por eso cualquier referencia que se haga a la cuestión cambiaria siempre hay que tomarla muy entre comillas. Porque o el Gobierno toma medidas después de las elecciones y trata de aplicar algún plan económico para bajar la inflación y controlar la emisión descontrolada o el propio mercado,la propia realidad de la economía te va a ser el ajuste brutal y por las malas. Una cosa es administrar un ajuste. Otra cosa es que el ajuste te lo haga el propio mercado, la propia realidad. Ha ocurrido eso en la Argentina. Ocurrió en 2001, con las consecuencias que muchos seguramente recordarán.

El punto es que mientras toda esta realidad se va acumulando y le agrega presión a un dique cada vez más endeble. El peronismo y sus distintas facciones están pensando en quién va a mandar después del 15 de noviembre.