Un circo efímero, una realidad dramática

Queda poco de campaña electoral. Si tuviera que describir lo que ha hecho el Gobierno, particularmente el Gobierno nacional, durante la campaña electoral podría utilizar la figura de la carpa de un circo. Nada más transitorio y efímero que la venta de ilusiones que hace un circo. Todo el mundo sabe que se va a quedar un tiempito y que un buen día te vas a levantar y el baldío va a estar otra vez baldío.

Todos sabemos, empezando por el Gobierno, que la política llevada adelante para tratar de recuperar votos no es una política definitiva; es una política absolutamente transitoria. Va desde el “plan Platita” al increíble reparto de dinero en efectivo que se hace en algunas provincias. Tan burdo es, que ya hay varios fallos judiciales en contra de esas acciones de proselitismo oficial.

Ya sabemos además que el plan para controlar los precios es pan para hoy y hambre para mañana. Ya sabemos que los controles de precios no funcionaron nunca en la historia económica de ningún país y menos de la Argentina. Sabemos que todo esto que está ocurriendo ahora son promesas que se van a licuar y desaparecer el día que se abran las urnas, el 14 de noviembre. No importa el resultado. No vengo acá a decir que va a ser bueno malo el resultado para el Gobierno, luego de todo lo que hizo. De lo que estoy hablando una vez más es de lo que puede pasar a partir del 15 de noviembre.

Lo que no estamos viendo y en esto incluyo no sólo al Gobierno sino también a la oposición, es una falta de ejercicio de responsabilidad hacia el futuro. Porque sabemos que en el futuro inmediato (estamos hablando de 10 días) tenemos una crisis económica fenomenal a resolver, además de un conflicto político extraordinario dentro del Gobierno. No se sabe quién mandará después del 15 de noviembre. ¿Se mantendrá este esquema en el que la vicepresidenta manda por correspondencia al Presidente? ¿El presidente recuperará algo de espacio y encontrará apoyo en los gobernadores peronistas? ¿Cristina se correrá un poco al costado o, por el contrario, se ubicará más todavía en el centro de la escena?

Hay un ocultamiento manifiesto del ejercicio de responsabilidad que la clase política de la Argentina, tanto oficialismo como oposición, tendrá inexorablemente que ejercer en lo que queda de este año.