Bandera de largada

El lunes por la tarde, el gobernador Juan Schiaretti presentó a Martín Llaryora como el candidato a gobernador de Hacemos por Córdoba para el año próximo. Era un secreto a voces, pero le faltaba el toque final. Sin embargo, hay algunas cuestiones que conviene repasar para entender todas estas jugadas.

En primer lugar, los tiempos. Uno podría pensar que falta un año para las elecciones de octubre de 2012. Pero hay que estar atentos porque en Córdoba no se va a votar en octubre. Es probable que eso ocurra entre mayo y junio. O sea, como en casi todas las provincias, las elecciones locales se van a adelantar.

Schiaretti tiene la lapicera, mientras la oposición ya la ha pedido cierta certidumbre.

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En segundo lugar, la pregunta es si esta campaña anticipada va a ayudar a oxigenar el gobierno de Schiaretti. La gestión está sufriendo alguna fatiga de materiales por algunos casos que impactan, como la muerte los bebés en el Hospital Neonatal o el caso de Blas Correas, que impacta fuerte sobre la policía, y que lo obligaron hacer algo que seguramente no le gustó, prescindir de ministros. ¿El hecho de arrancar la campaña va a frenar eventuales relevos en el gabinete?

También hay que preguntarse si el lanzamiento de Llaryora acorta los tiempos para que Schiaretti asome la cabeza y confirme que va a ser postulante a la Presidencia.

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En cuanto al planteo de la campaña, se va a hablar de continuidad. Ayer mismo Schiaretti lo escribió en su cuenta de Twitter: “El nuevo gobernador deberá continuar las transformaciones, pero fundamentalmente interpretar la agenda de este tiempo y pensar políticas innovadoras”. O sea, el “modelo de gestión Córdoba” estará en el centro de la escena.

Todo el peronismo de Córdoba parece alineado bajo Hacemos por Córdoba. No hay de momento ningún kirchnerista adentro, pero =podría haberlo siempre y cuando no haya un candidato a gobernador kirchnerista. Las listas siempre son flexibles. Se puede =dar una manito a alguno de los muchachos con tal, obviamente, de no tener un adversario más que les muerdan votos peronistas no.

La eventual presencia K podría disimularse si, como dijo Llaryora, va a ampliar Hacemos por Córdoba. La esquina llena de elefantes disimula el elefante.

El último tema es saber cómo se acomoda la oposición, es decir Juntos por Córdoba, que ya tiene un par de candidatos lanzados: Luis Juez y Rodrigo de Loredo, socios que aspiran al mismo espacio.

Después las elecciones de Marcos Juárez, los dirigentes dijeron que iban a ponerse a trabajar en un programa que le van a proponer los cordobeses, antes que pensar en los candidatos.

Al programa no lo hemos visto aún. Juez parece no tenerla fácil porque dentro del radicalismo hay un creciente número de dirigentes y referentes que piden para la UCR la candidatura.

Juez no quiere una interna. No ha dicho por qué, pero no es difícil de suponer: el radicalismo sigue siendo un partido de poder territorial. No falta un radical en cada pueblo, en consecuencia, el armado de una interna le daría algún piso mínimo de arranque al radicalismo.

Y los socios locales del PRO, que navegan en la interna entre Mauricio Macri, Horacio Rodríguez Larreta y Patricia Bullrich, mientras carecen de músculo para terciar en la disputa cordobesa.