Abrapalabra
09/01/2023 | 19:34 |
Redacción Cadena 3
Julio Perotti
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Brasil, democracia bajo asedio
Lula da Silva ganó limpiamente las elecciones en Brasil y asumió el cargo una semana atrás. Su rival, el anterior presidente, Jair Bolsonaro, no reconoció la derrota y ni siquiera le entregó el mando.
En la segunda vuelta, la diferencia fue exigua: 50,90 por ciento para Lula y 49,10 para Bolsonaro.
Esa es la muestra clara del nivel de grieta, de polarización, que vive la sociedad brasileña.
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Para tornar más dramática la situación, en la primera vuelta, el bolsonarismo, con sus aliados, habían logrado construir la mayor fuerza parlamentaria conservadora de la historia, que promete no hacérsela fácil a Lula.
Con todo, lo de ayer excedió toda explicación política. Y hay que buscar sus raíces en el discurso de la derecha bolsonarista en contra del sistema democrático, que alimentó las protestas y manifestaciones que fueron estallando en Brasil.
¿Cómo fueron los hechos?
Según reportes de los medios brasileños, los atacantes estaban cerca del Cuartel General del Ejército. Allí acampaban los bolsonaristas que reclamaban desde las elecciones una intervención militar contra el triunfo de Lula. Desde ese lugar, unos cuantos miles avanzaron unos ocho kilómetros hasta la plaza de los Tres Poderes en Brasilia, donde están los principales edificios de la República, que invadieron y destruyeron parte de las sedes del Poder Legislativo, el Poder Judicial y la Presidencia.
¿Fue espontáneo?
Nadie cree que haya sido espontáneo porque decenas de colectivos con manifestantes habían llegado desde distintos puntos de Brasil para sumarse al campamento bolsonarista.
Los medios de Brasil publicaron convocatorias de grupos bolsonaristas por aplicaciones de como WhatsApp y Telegram para la "toma" de Brasilia el fin de semana.
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El juez del Tribunal Supremo Alexandre de Moraes ordenó a plataformas de las redes sociales bloquear la propaganda a favor del golpe.
¿Las fuerzas de seguridad no advirtieron esta movida?
Hay sospechas de connivencias. Por eso, desplazaron a las autoridades de Seguridad de Brasilia. De hecho, un funcionario de esta área, llegó a decir que la manifestación era tranquila.
El ministro de Justicia, Flávio Dino, sostuvo que están identificados 40 de esos ómnibus y quiénes financiaron el traslado. Hoy, están concentrados en encontrar la ruta del dinero para determinar los autores intelectuales.
La facilidad con la que atacaron puso en entredicho el accionar de las fuerzas de seguridad porque ya había advertencias sobre el movimiento de los sectores más duros del bolsonarismo, que quería imitar un ataque como el que realizaron seguidores del entonces presidente estadounidense Donald Trump en el Capitolio el 6 de enero de 2021.
También está en el ojo de la tormenta un funcionario de Lula: el ministro de Defensa, José Mucio, es apuntado por la demora en moviliza fuerzas militares,
Para Lula, la responsabilidad es de Bolsonaro. Y consideró que las fuerzas de seguridad actuaron con "incompetencia, mala voluntad o mala fe". Por eso separó del cargo al gobernador local Ibaneis Rocha, un bolsonarista.
Es más, Lula dijo que hay imágenes de policías que "están guiando a las personas en la caminata hasta la plaza de los Tres Poderes".
También se cuestionó la actuación o pasividad de otras entidades como la Policía Federal de Rutas, la conocida Rodoviaria, el Ejército o el Gabinete de Seguridad Institucional de la Presidencia.
Aquí hay un punto clave y un desafío para Lula: ¿cómo revertir el alto nivel de politización de las fuerzas de seguridad producido durante la gestión de Bolsonaro?
¿Cómo sigue el gobierno de Lula?
Aquí se abren dos caminos.
Si actúa con tibieza, podrá perder parte de su respaldo.
Si lo hace con firmeza, deberá atenerse a la ley porque, de lo contario, puede complicarse la necesidad de una relación formal con el bolsonarismo en el Congreso, donde domina las cámaras.
Quizá entonces Lula tenga la oportunidad de fortalecerse si logra que la mayoría comparta que Brasil enfrenta un desafío extremista.
Una buena para Lula: los actores económicos mantienen la confianza. De hecho, si bien en el inicio de la jornada del lunes el Bovespa y el dólar subieron con fuerza frente al real, luego se revirtió la tendencia.
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