Cuando la política mete la cola

Puede parecer una cuestión menor. Hablar de política en medio de la crisis quizá resulte tan desconcertante como los festejos militantes en la asunción de Sergio Massa.

Pero no podemos ignorar el valor que tiene la nueva configuración política del Gobierno en este contexto.

¿Hay un nuevo liderazgo dentro del peronismo?

Tomemos el DeLorean y regresemos al pasado.

El Frente de Todos se configuró con una triple alianza: Cristinismo-camporismo, como fuerza de mayor empuje, aunque tampoco mayoritaria, gracias al liderazgo de Cristina Fernández.

Alberto Fernández, no el albertismo, que nunca existió. Los gobernadores habían prometido apoyar esa idea, pero metieron violín en bolsa apenas vieron que la gestión iba de mediocre para abajo.

Y Massa con su Frente Renovador, con base en la provincia de Buenos Aires, un sector sin grandes influencias en la militancia. Más bien un grupo selecto de dirigentes-gerentes de la política.

¿Cómo está hoy la situación? Revisemos.

Cristina más ocupada en su causa judicial, con La Cámpora haciendo el aguante y amenazando con armar bardo si la condenan, cosa bastante probable.

Pero, además, corrida del centro de la escena –más allá de la foto con Massa– para evitar que le caiga la parte que le corresponde de la factura por el desastre del gobierno que ella creó.

Alberto, ¿qué decir de él? La foto que obtuvo el reportero gráfico de Infobae, Franco Fafasuli, con Massa copando la escena y el Presidente retirándose cabizbajo del escenario es la muestra clara de cuál será su papel hacia adelante.

Y Massa, arropado por su pequeño grupo, que lidera su propia esposa Malena Galmarini, y por varios amigos empresarios, a los que se vio en el acto de asunción, con cara de estar muy felices.

¿La alcanza a Massa con este respaldo?

Vamos a ver cómo se comporta el Congreso, del que es originario, porque Cristina tiene allí fuertes influencias tanto en Diputados como en el Senado.

Vaya un ejemplo. Estemos atentos a Juan Grabois.

Dijo que no le gustan los anuncios de Massa y, por eso, quiere discutir con su grupo, el Frente Patria Grande, si sigue en el Frente de Todos. Y esto puede tener impacto en el Congreso porque tiene tres diputados y su salida dejaría al bloque oficialista con 115 legisladores, contra los 116 de Juntos por el Cambio.

¿Grabois quiere irse realmente o quiere sacar más ventajas de esta situación? La respuesta parece obvia: de apretar ha hecho su carrera.

Volvamos a la pregunta del comienzo: hay un reacomodamiento dentro del Frente de Todos, pero para que cambie el liderazgo, Massa deberá tener mucho viento a favor.