Abrapalabra
04/06/2024 | 17:20
Redacción Cadena 3
Julio Perotti
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Demasiada hambre para tanta política mezquina e hipócrita
Hay una realidad que no puede ser ignorada: el aumento de la pobreza en nuestro país.
Las cifras son más que palabras; son el reflejo de una crisis que afecta a millones de argentinos.
El reciente informe de la Universidad Católica Argentina es alarmante: 55,5% de la población se encuentra bajo la línea de pobreza.
Esto significa que más de la mitad de los argentinos luchan día a día para satisfacer sus necesidades básicas.
La indigencia, por su parte, escaló a 17,5%.
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Son números que no solo hablan, sino que gritan por atención y acción.
La inflación, ese fantasma que recorre nuestras calles, alcanzó un acumulado de 51,6% en el primer trimestre del año.
Y tiene un impacto directo en los alimentos, que vieron un incremento de casi 49%.
Mientras tanto, la actividad económica se desplomó 6,2%.
Estos no son solo porcentajes; son historias de vida, son familias que ven cómo su poder adquisitivo se desvanece como el agua entre los dedos.
Los trabajadores informales, aquellos que dependen de las “changas diarias”, vieron una mejora en sus ingresos de menos del 30%, una brecha de 20 puntos respecto a la inflación.
Y no olvidemos a los empleados del sector público, con aumentos salariales del 43%, aún por debajo del índice inflacionario.
La Canasta Básica Total para un adulto llega a $250.288, y para una familia tipo, a $773.385. Estas cifras superan el salario promedio reportado por el RIPTE, remuneración media sujeta a aportes, que se sitúa en $705.832.
La diferencia es más que un número; es la realidad de no llegar a fin de mes.
La pobreza en Argentina no es solo un tema económico; es una cuestión de dignidad humana.
Es el resultado de políticas fallidas y de una falta de voluntad política para abordar las raíces del problema.
En estos días, hay una fuerte polémica en torno del Ministerio de Capital Humano, su titular, Sandra Petovello, y la distribución de alimentos.
Se escuchan demasiados argumentos políticos, se observan actitudes mezquinas.
Un terrible cinismo cierra toda posibilidad de escuchar una autocrítica de los que estuvieron antes o propuestas de los que quieren estar.
Lo penoso es que esto ocurre mientras las cifras no mienten, y es hora de que quienes tienen el poder de cambiar esta realidad escuchen y actúen.
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Los datos surgen del último informe del Observatorio de la Deuda Social Argentina de la Universidad Católica Argentina (UCA). Corresponden al primer trimestre de este año.