Desarmemos el odio

En estos tiempos de turbulencia, tiempos donde parece más fácil y simple odiar que comprender a los demás.

Recuperemos la paz y la serenidad.

Propongámonos todos ser portadores de esperanza, a ser el cambio que deseamos ver en nuestras calles.

Que la violencia y el odio no encuentren refugio en nuestros corazones y que aquellos que buscan perturbar la tranquilidad sean superados por la fuerza de la buena voluntad.

Que la razón y el diálogo sean nuestras armas, que el respeto y la comprensión sean los cimientos de nuestras acciones. Juntos, como una comunidad unida, podemos construir un futuro donde reine la armonía.

A aquellos que han optado por el camino de la agresión, les pedimos que reconsideren, que vean en cada rostro a un hermano o hermana, un vecino o vecina, que piensa distinto.

Solo eso.

Y que recuerden que todos compartimos el mismo suelo, el mismo cielo.

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