Dos plebiscitos que hicieron historia

A propósito del anuncio del presidente Javier Milei de que convocaría a un plebiscito para poner a consideración su plan de ajuste si el Congreso demora, buscamos dos instancias así que hicieron historia, ambas coincidentemente sobre la soberanía argentina en la Patagonia austral.

Primero, el plebiscito del Valle 16 de Octubre: la decisión de los galeses que forjó la Patagonia argentina.

En la década de 1880, colonos galeses comenzaron a establecerse en el valle 16 de Octubre. El territorio estaba en disputa entre los dos países, ya que el tratado de límites de 1881 establecía como límite las cumbres divisorias de aguas, pero en esta zona las altas cumbres estaban en un lado y la divisoria de aguas, en otro.

En 1897, el gobierno chileno cuestionó los derechos argentinos de posesión en el valle y las regiones cercanas. Para resolver el conflicto, el rey Eduardo VII del Reino Unido designó una comisión arbitral presidida por el británico sir Thomas Holdich.

Holdich decidió llevar a cabo un plebiscito entre los colonos galeses, pobladores tehuelches y pobladores chilenos para resolver la cuestión.

La votación se llevó a cabo durante tres días en la Escuela Nacional N.º 18 de Río Corintos, siendo la primera escuela nacional más austral de la Argentina en su momento.

En la votación participaron unas 90 personas. La gran mayoría de los colonos galeses optaron por permanecer bajo la bandera argentina, sobre todo porque no querían establecer un límite entre ellos y sus familias en el resto del Chubut. Además, ya existían en el lugar algunos servicios como comisaría, escuela, correo y puesto sanitario colocados por el gobierno argentino.

Solamente seis personas optaron por abandonar la colonia, trasladándose a tierras chilenas.

El plebiscito ayudó a la Argentina a conservar su soberanía en los valles 16 de Octubre, Nuevo (hoy El Bolsón y Lago Puelo) y Cholila, incluyendo también los actuales parque nacional Los Alerces y parque nacional Lanín.’

La decisión de los galeses de permanecer en Argentina fue un hito importante en la historia de la Patagonia. Contribuyó a forjar la identidad argentina de la región y a consolidar el territorio nacional.

Beagle

Mucho más acá en el tiempo, el plebiscito de 1984 en el que los argentinos aprobamos el Tratado de Paz y Amistad con Chile

El plebiscito se llevó a cabo el 25 de noviembre de 1984.

El objetivo era obtener el parecer de la ciudadanía respecto a aceptar o rechazar el Tratado de Paz y Amistad firmado con Chile para resolver el Conflicto del Beagle.

El plebiscito no era vinculante, pero el gobierno de Raúl Alfonsín declaró que respetaría la decisión mayoritaria.

La participación superó el 72 por ciento de la población habilitada para votar.

El partido oficialista, Unión Cívica Radical, llamó a votar a favor de la propuesta.

La oposición, encabezada por el Partido Justicialista, boicoteó el proceso, considerando que distraía la atención de los problemas económicos. Salvo Carlos Menem, entonces gobernador de La Rioja, que lo avaló y eso lo catapultó al conocimiento de mucha gente.

Los sectores de derecha, entre los que se encontraban los grupos militares que gobernaron Argentina de facto entre 1976 y 1983, también se pronunciaron en contra.

La propuesta fue aprobada por el 82 por ciento de los votos, frente al 17 por ciento que optaron por la negativa.

El Territorio Nacional de Tierra del Fuego, Antártida e Islas del Atlántico Sur fue el distrito que más se opuso, pero los votos a favor del tratado igualmente superaron a los que se oponían al mismo.

El plebiscito de 1984 fue un hito importante en la historia de las relaciones entre Argentina y Chile. La aprobación del Tratado de Paz y Amistad permitió resolver el conflicto del Beagle de manera pacífica y duradera.

Qué dice la Constitución

A partir de la reforma de 1994, el plebiscito tomó forma constitucional:

El artículo 40 dice: “El Congreso, a iniciativa de la Cámara de Diputados, podrá someter a consulta popular un proyecto de ley. La ley de convocatoria no podrá ser vetada. El voto afirmativo del proyecto por el pueblo de la Nación lo convertirá en ley y su promulgación será automática.

El Congreso o el presidente de la Nación, dentro de sus respectivas competencias, podrán convocar a consulta popular no vinculante. En este caso el voto no será obligatorio”.