Elogio de la tolerancia perdida

La tolerancia es un pilar fundamental para la coexistencia armónica en el entramado social.

Este concepto implica la capacidad de aceptar y respetar las diferencias individuales, ya sean éstas de cualquier naturaleza, cultural, religiosa y básicamente política.

En los últimos dos o tres años hemos visto cómo la grieta terminó con relaciones de amistad y hasta familiares.

No se hablaba de política en las mesas porque eso acabada mal.

Debemos pensar que en el marco de una sociedad diversa, la tolerancia se presenta como un catalizador esencial para la convivencia pacífica.

Al reconocer y apreciar la multiplicidad de perspectivas, creencias y modos de vida, se fomenta un ambiente propicio para el enriquecimiento mutuo y el desarrollo colectivo.

La ausencia de tolerancia, por el contrario, conlleva a la fragmentación social y al surgimiento de tensiones intergrupales.

Al cultivar la tolerancia, se promueve la apertura hacia la comprensión del otro, generando así un tejido social más resiliente y cohesionado.

En síntesis, la tolerancia, entendida como la capacidad de convivir respetuosamente con la diversidad, constituye un imperativo ético y social que propugna por la construcción de una sociedad armoniosa, donde las disparidades individuales se perciban como una riqueza colectiva.

Propongámonos recuperar la tolerancia de manera urgente. Nos podríamos fijar como fecha el lunes. ¿No les parece?