La carrera entre la lengua y el cerebro

El cruce de declaraciones entre el diputado nacional José Luis Espert y dirigentes de izquierda, en torno al “protocolo antipiquetes” anunciado por la ministra de Seguridad, Patricia Bullrich, es un ejemplo preocupante del clima de tensión que se vive en la Argentina.

Las acusaciones cruzadas de “delincuentes”, “parásitos” y “ladrones” no hacen más que alimentar el odio y la confrontación.

En un contexto de creciente polarización, es fundamental que los dirigentes políticos se abstengan de usar un lenguaje violento y descalificador.

El derecho a la protesta es un derecho fundamental que debe ser respetado, incluso cuando se expresan ideas contrarias a las nuestras.

Pero también pesa el derecho a la libre circulación. En todo caso, debemos debatir los límites entre ellos, pero la violencia verbal nunca es la respuesta, y solo sirve para agravar los problemas.

Espert tiene derecho a expresar su opinión sobre el protocolo antipiquetes, pero sus declaraciones no deben ir acompañadas de amenazas.

Del mismo modo, los dirigentes de izquierda tienen derecho a criticar el protocolo, pero deben hacerlo de manera respetuosa.

En un país con una historia de violencia política, es importante que todos los actores políticos trabajen para construir un clima de diálogo y tolerancia. S

Solo así podremos superar las diferencias y encontrar soluciones a los problemas que nos aquejan.

Alguien decía: La estupidez se manifiesta cuando la lengua le gana la carrera al cerebro.