La desconexión sindical entre jerarcas y laburantes

En la actualidad, los sindicatos, que antes eran una fuerza importante, parecen haber perdido su camino.

Se espera que sean la voz de los trabajadores, abogando por condiciones justas y salarios dignos.

Sin embargo, la realidad es muy diferente: muchos trabajadores sienten que están distanciados de sus sindicatos.

Ven a sus líderes como figuras distantes, más interesadas en sus propios negocios que en los problemas reales de la gente trabajadora.

Y no les falta razón: algunos referentes sindicales llevan un estilo de vida lujoso mientras que la mayoría de los trabajadores apenas logran llegar a fin de mes, si es que llegan.

La transparencia y la rendición de cuentas son cruciales aquí.

Además, ¿alguien escuchó alguna vez una propuesta sindical para mejorar la productividad de algún sector de la economía?

La vieja dicotomía entre trabajadores y empresarios es de la era industrial.

Por eso, la vieja nostalgia de combatir al capital, que mantiene alineados a los sindicalistas con la era del peronismo.

Pasaron cuatro de gestión ¿peronista, kirchnerista, albertista?, llámese como quiera, y muchos de los grandes capos del sindicalismo no pusieron ni las manos frente a lo que era un marcado deterioro de las condiciones de trabajo y de los salarios de muchos sectores.

Otros aprovecharon la presión para obtener algunas ventajas.

Hoy, a ninguno le importó ni le importa el impacto de las medidas de fuerza sobre el resto de la sociedad.

En la educación es paradigmático. Chicos sin clases, padres trabajadores en problemas porque no tienen quiénes cuiden a sus hijos, trastornos en el proceso educativo.

En cualquier caso, la desconexión entre los sindicatos y sus afiliados no solo revela una falta de representación efectiva, sino también una falta de integridad por parte de ciertos líderes sindicales.