Trump saluda después del ataque que siufrió.

Abrapalabra

Los discursos de odio y el ataque a Donald Trump

15/07/2024 | 17:24

 

Redacción Cadena 3

Julio Perotti

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Los discursos de odio y el ataque a Donald Trump

El FBI identificó a un joven de 20 años llamado Thomas Matthew Crooks como el presunto autor de los disparos en el mitin de Donald Trump en Butler, Pensilvania.

Sus motivaciones son todavía objeto de investigación. O sea, no se sabe por qué tomó un fusil, se subió a un techo de un edificio cercano al acto y disparó a Trump.

Puede no haber una relación causal, pero claramente un joven de 20 años, como Crooks, está sometido a escuchar y leer discursos de odio, esas expresiones que incitan a la violencia, discriminación o prejuicio contra personas o grupos basados en características como raza, religión, etnia, género, orientación sexual, discapacidad, entre otros.

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Estos discursos pueden manifestarse a través de palabras, imágenes, símbolos o acciones, y tienen el potencial de causar daño psicológico, físico y social a las personas o comunidades a las que van dirigidos.

¿Cómo impactan los discursos de odio en la campaña electoral en Estados Unidos, por ejemplo?

Polarización social

Los discursos de odio tienden a polarizar a la sociedad, dividiéndola en grupos opuestos que ven a los demás como enemigos.

En el contexto de una campaña electoral, esta polarización puede intensificar las divisiones políticas, haciendo que los debates se vuelvan más acalorados y menos constructivos.

Desinformación y manipulación

Los discursos de odio a menudo se entrelazan con campañas de desinformación.

La difusión de noticias falsas y teorías conspirativas puede manipular a los votantes, fomentando un ambiente de desconfianza y miedo.

Esto puede impactar negativamente en el proceso electoral, socavando la integridad de las elecciones y la confianza en las instituciones democráticas.

Movilización de votantes

Aunque los discursos de odio pueden alienar a algunos votantes, también pueden movilizar a otros. Políticos que utilizan retórica divisiva pueden energizar a su base de seguidores, motivándolos a participar activamente en la campaña y a votar.

Este fenómeno puede ser visto como un arma de doble filo, ya que puede aumentar la participación electoral pero también incrementar la tensión y la hostilidad en la sociedad.

El (mal) ejemplo de Donald Trump

Donald Trump es un ejemplo destacado de un político que ha utilizado retórica divisiva y, en ocasiones, discursos de odio durante sus campañas.

Su retórica ha sido polémica y ha generado una fuerte respuesta tanto de sus seguidores como de sus detractores.

Trump ha utilizado las redes sociales, particularmente Twitter, como una plataforma clave para comunicarse directamente con sus seguidores.

Hasta, incluso, ha creado su propia red: Truth Social para que Twitter no lo sancione por sus expresiones.

Su estilo en redes sociales es combativo y, a menudo, controvertido.

Algunos ejemplos de su uso de las redes sociales incluyen:

Ataques a adversarios políticos: Trump frecuentemente utiliza las redes sociales para atacar a sus oponentes políticos, tanto dentro como fuera de su partido, a menudo utilizando un lenguaje incendiario.

Difusión de teorías conspirativas: Trump ha compartido y promovido teorías conspirativas que a menudo contienen elementos de desinformación y discursos de odio.

Fomento del nacionalismo y el populismo: Su retórica a menudo incluye elementos de nacionalismo y populismo, que pueden alienar a ciertos grupos y fomentar divisiones.

Durante la campaña electoral de 2020, en la que Biden venció a Trump, el uso de discursos de odio y retórica divisiva por parte del republicano tuvo varios efectos:

Incremento en la violencia política: Hubo un aumento en los incidentes de violencia política, algunos de los cuales estaban directamente relacionados con la retórica incendiaria.

Deslegitimación del proceso electoral: Trump repetidamente cuestionó la legitimidad del proceso electoral, especialmente en lo que respecta al voto por correo, lo que contribuyó a una mayor desconfianza en los resultados electorales.

Movilización de votantes: la retórica de Trump ayudó a movilizar a una gran base de votantes que se sentían alineados con su mensaje, aunque también motivó a sus opositores a participar en mayor número.

En definitiva, los discursos de odio pueden tener un impacto significativo en las campañas electorales en Estados Unidos, exacerbando las divisiones sociales, manipulando la opinión pública y movilizando tanto a seguidores como a detractores.

El uso de redes sociales por parte de políticos como Donald Trump ha amplificado estos efectos, haciendo que la retórica divisiva sea más visible y, a menudo, más influyente en el panorama electoral.

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