Menos Twitter y más laburo

¡Qué jungla la de los 280 caracteres!

Por ahí asusta cómo los políticos utilizan X, la vieja Twitter.

Sí, esa red donde el espacio es muy limitado. Pero, ¿qué hay detrás de los tuits políticos?

¿Es solo un medio para conectar con el público o hay más tela que cortar?

Primero, ¿quién no ha visto un político soltando un tuits como si fuera una bomba? Esas ráfagas de 280 caracteres se han convertido en la forma preferida de lanzar ataques políticos.

Adiós a la discusión constructiva.

Y no nos olvidemos de los trolls. Sí, esos seres que pululan por la red sembrando desinformación y odio.

Twitter está plagado de ellos, y su misión es confundir y dividir. Así que la próxima vez que alguien vea un tuit incendiario, piensa dos veces antes de darle retuit.

Allí, las diferencias ideológicas se convierten en insultos y acusaciones, que dejan de lado los problemas reales que afectan a la sociedad.

¿Y qué pasa con el diálogo directo?

Parece que en Twitter, el debate se reduce a una serie de gritos en una habitación vacía.

Los políticos no se toman el tiempo para discutir ideas de manera constructiva, prefieren lanzar pullas y esperar a que les den likes.

En resumen, Twitter puede ser una herramienta poderosa para la comunicación política, pero su mal uso está socavando la calidad del debate democrático.

Los políticos deberían reflexionar sobre su papel en esta plataforma y empezar a utilizarla de manera más responsable.

Y, con seguridad, perder menos tiempo en las redes y más en el laburo.

Dejamos una anécdota para el final. El uso poco serio de Twitter lleva a papelones, como el del ministro de Economía, Luis “Toto” Caputo, que publicó una foto de la serie Band of Brothers para homenajear a los veteranos de Malvinas.

Fin, diría el vocero Manuel Adorni.