Milei, Massa y Bullrich, cada uno en su encrucijada

El freno de mano de Milei

El martes pasado, en medio del shock que había producido el triunfo libertario en las Paso, habíamos planteado en esta columna algunos aspectos del plan de Javier Milei.

Pero también habíamos hablado del famoso “teorema de Baglini”. ¿De qué se trata? Recordamos que Raúl Baglini, un diputado de la Unión Cívica Radical ya fallecido y de destacada actuación entre los 80 y los 90, decía que el grado de responsabilidad de las propuestas de un partido o dirigente político siempre es directamente proporcional a sus posibilidades de acceder al poder.

En estas horas, el propio Milei aseguró que va a aplicar la "motosierra" en la reforma estatal.

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¿Dónde promete aplicarlos? Ya habíamos anticipado: obra pública, transferencias discrecionales, subsidios económicos, lo que él llama “privilegios” y las empresas del sector público.

Pero se apresuró en aclarar: "Los cambios no van a ser instantáneos. Nunca hablé que las cosas sean instantáneas".

O sea, freno de mano para las expectativas exacerbadas quizá por su propio discurso.

"Jamás dije que los problemas se arreglan en cinco minutos. Proponemos un conjunto de reformas estructurales para que la Argentina en un lapso de 25 a 45 años vuelva a ser una potencia. Nunca dijimos que el resultado sea instantáneo".

Se comprueba una vez más el teorema de Baglini.

Massa, en busca de la platita para respirar

El ministro-candidato deja por unos días la campaña en la Argentina, pero va a seguirla en los Estados Unidos.

En Washington, sostendrá reuniones que le permitan mostrar tanto el respaldo del Fondo Monetario Internacional como de funcionarios del gobierno de Joe Biden.

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Massa quiere estar allá para cuando el Directorio del Fondo Monetario Internacional (FMI) apruebe la renegociación del programa con la Argentina que permitirá un desembolso de US$7.500 millones.

Pero sabe que con eso no alcanza, quiere buscar más dinero del Banco Interamericano de Desarrollo, el Banco Mundial y el Tesoro de los Estados Unidos.

Lo que pasa es que de los 7.500 millones de dólares, 3.700 millones deberán ser devueltos a la Corporación Andina de Fomento, a China y a Qatar, que aportaron ese monto para a fines de julio, cuando Massa estaba con el agua al cuello.

Y el resto debería guardarse para pagar septiembre y octubre al FMI, antes de que se apruebe un nuevo desembolso.

La economía, pata flaca de Patricia

Al parecer, Mauricio Macri está preocupado porque la economía no parece ser el fuerte de Patricia Bullrich.

Por eso, la estaría empujado para que ponga en la cancha a Carlos Melconian y a Germán Garavano como potenciales ministros.

Melconian, que maneja ahora el instituto de estudios de la Fundación Mediterránea, fue el encargado de presentar ante el FMI el plan de Bullrich en las videollamadas que se hicieron desde Washington.

Melconian desplazaría así a Luciano Laspina, el diputado santafesino que era la cara visible de la economía de Bullrich.

Recordemos además que Garabano fue el ministro de Justicia de Macri.

Pero desde cerca de Bullrich niegan estos intentos de Macri.

Hay más de Macri: los elogios de Milei lo dejan en posición incómoda.

Por eso, debió negar que vaya a aceptar el ofrecimiento que le hizo Milei de ser un “super embajador”.

Lo curioso es que no lo hizo personalmente, sino a través de un vocero.

Lo que sí hizo personalmente es ratificar que apoya a Bullrich. Y Bullrich ratificó que Macri sigue estando en Juntos por el Cambio. Pero a la que no logran convencer es a Lilita Carrió.

Mientras la interna es un cuento de nunca acabar, la candidata de Juntos por el Cambio debe navegar entre endurecerse para pelearle votos a Milei y tirarse más al centro para conservar los apoyos que logró Horacio Rodríguez Larreta.