Abrapalabra
25/02/2025 | 18:04
Redacción Cadena 3
Julio Perotti
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Partidos en estado de implosión: ya nada es como era
La política argentina atraviesa un momento de turbulencia interna en sus principales fuerzas: el peronismo kirchnerista, el radicalismo y el macrismo enfrentan crisis que podrían redefinir el tablero político de cara al futuro.
Cada espacio lidia con disputas por el liderazgo, tensiones entre facciones y una lucha por mantener relevancia en un contexto dominado por el gobierno de Javier Milei y su coalición libertaria.
El peronismo kirchnerista, columna vertebral del Partido Justicialista (PJ) durante las últimas dos décadas, enfrenta un momento crítico en su estructura de poder.
Cristina Fernández de Kirchner, figura central del espacio, está ante el desafío de revalidar su liderazgo en un contexto de desgaste político y económico heredado de su última gestión como vicepresidenta (2019-2023).
La expresidenta busca mantener su influencia frente a un PJ que muestra signos de fragmentación, con sectores que cuestionan su hegemonía y abogan por una renovación dirigencial.
La reciente derrota electoral de Unión por la Patria en 2023, encabezada por Sergio Massa, dejó heridas abiertas.
En el seno del kirchnerismo, figuras como Axel Kicillof, gobernador de Buenos Aires, emergen como posibles sucesores. De hecho, Kicillof acaba de lanzar su fuerza política: Movimiento Derecho al Futuro.
Pero su relación con La Cámpora, liderada por Máximo Kirchner, está marcada por tensiones.
Dirigentes del entorno de Kicillof critican el verticalismo de Cristina y el rol de Máximo en la confección de listas, mientras que La Cámpora defiende su peso territorial y militante. Esta puja interna se agudizó tras las críticas públicas de Andrés "Cuervo" Larroque, un referente camporista, quien apuntó contra el "kicillofismo" por priorizar la gestión provincial sobre la lucha nacional.
El debate sobre el futuro del PJ, con Cristina como árbitro en declive, promete un ajuste de cuentas que podría fracturar aún más al peronismo kirchnerista.
La Unión Cívica Radical (UCR), socio fundador de Juntos por el Cambio, enfrenta su propia crisis existencial tras el derrumbe de la coalición opositora en las elecciones de 2023.
El partido centenario, que alguna vez fue una fuerza dominante, lucha por definir su rol en un escenario político polarizado entre el mileísmo y el peronismo.
Las internas radicales explotaron tras la decisión de Mauricio Macri y Patricia Bullrich de apoyar a Javier Milei, una movida que dejó al radicalismo dividido entre quienes buscan mantener la autonomía y quienes ven en el libertario una oportunidad táctica.
Figuras como Martín Lousteau y Gerardo Morales encabezan un sector que reclama rediscutir la conducción y alejarse del macrismo, al que acusan de haber "entregado" la coalición a Milei.
En contraste, dirigentes como Alfredo Cornejo, gobernador de Mendoza, apuestan por un pragmatismo que no descarta negociar con el oficialismo.
Las críticas internas también apuntan a la falta de una figura nacional fuerte tras la retirada de Ernesto Sanz y el declive de Julio Cobos, dejando al partido sin un liderazgo claro.
Este "ajuste de cuentas" en la UCR podría derivar en una ruptura definitiva con el PRO o en un intento desesperado por reconstruir su identidad como alternativa progresista.
El macrismo, encarnado en el PRO y liderado por Mauricio Macri, vive un momento de introspección tras la implosión de Juntos por el Cambio.
El expresidente, que retornó al centro de la escena tras el triunfo de Milei, busca reposicionar a su espacio frente a lo que denomina el "carancheo" del mileísmo, una referencia a la absorción de figuras y votantes del PRO por parte de La Libertad Avanza.
La decisión de Patricia Bullrich de sumarse al gabinete de Milei como ministra de Seguridad generó un cisma interno, con sectores como el liderado por Horacio Rodríguez Larreta cuestionando la alianza con los libertarios.
Macri, por su parte, se planta como un contrapeso dentro de la oposición, intentando preservar la identidad del PRO frente a la avanzada de Milei.
Sin embargo, las tensiones con Bullrich y la pérdida de peso electoral en distritos clave, como la Ciudad de Buenos Aires, debilitan su posición.
El macrismo enfrenta el dilema de ser fagocitado por el oficialismo o replegarse hacia una oposición más dura, una decisión que dependerá de cómo logre contener las fugas internas y articularse con un radicalismo cada vez más distante.
Las crisis que atraviesan el peronismo kirchnerista, el radicalismo y el macrismo reflejan un sistema político en transición.
Mientras Cristina lucha por mantener el timón del PJ, el radicalismo busca su lugar en un mapa dominado por nuevas fuerzas y el macrismo intenta sobrevivir a la sombra del mileísmo.
En este escenario, las disputas internas no solo definirán el rumbo de cada espacio, sino también su capacidad para adaptarse a una Argentina que, por ahora, parece mirar hacia otros horizontes.
El desenlace de estas tormentas será clave para entender quiénes liderarán la oposición en los próximos años.
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Interna en el Peronismo
Se trata de Movimiento Derecho al Futuro (MDF) y cuenta con el apoyo de intendentes, legisladores nacionales y referentes de diversas organizaciones, entre ellas la CGT y las CTA.