Abrapalabra
13/10/2022 | 18:41 |
Julio Perotti
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Primer dato. La unidad que quiere el Presidente.
El mediodía de este jueves tomó juramento a a las nuevas ministras de Trabajo, Empleo y Seguridad Social, Raquel “Kelly” Olmos, Desarrollo Social, Victoria Tolosa Paz, y Mujeres, Géneros y Diversidad, Ayelén Mazzina.
Aprovechó el acto para atribuir las divergencias internas del Frente de Todos a terceros, que por supuesto no identifica. Y no lo hace porque la crisis es interna.
Dice Alberto: “Aunque intenten dividirnos, la separación no tiene sentido. Las diferencias deberemos saldarlas en unidad y respetándonos”.
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Hubo algunas expresiones más del Presidente nada cercanas a la realidad. De Victoria Tolosa Paz dijo que “’es de las personas que más conocen la Argentina” porqie hizo campaña “en toda la provincia de Buenos Aires”.
Sobre Mazzina, destacó: “Era hora de poder escuchar al feminismo del interior de la patria, por eso pensé en Ayelén”. Pero resulta que la salida de Elizabeth Gómez Alcorta fue en desacuerdo sobre cómo se trató a las mujeres que se identifican como mapuches.
Y sobre Kelly Olmos, “por sus convicciones” y por “su enorme militancia”. O sea, experiencia en la materia, cero.
A todo esto, se confirmó que el Presidente que quiere la unidad no irá a ninguna conmemoración del día de la lealtad…
Segundo dato. La portavoz de Alberto, Gabriela Cerutti, tiene una mirada algo distinta: las tres ministras achican la brecha de género.
Omitió decir que deberían achicar la pobreza, la conflictividad sindical y los crecientes problemas de género que hay en la sociedad.
Tercero dato. Habló otra mujer: la directora gerente del Fondo Monetario Internacional, Kristalina Georgieva.
Mensaje claro al gobierno: no debe ceder ante las presiones por parte de la población argentina para que se aumenten los gastos.
Elogió a Sergio Massa y dijo que el compromiso con el FMI “es hacia el pueblo de Argentina”. Una frase que debe haber caído como un balde de agua hirviendo en el cristinismo-camporismo.