Nelson Mandela (1918-2013), expresidente sudafricano.

Abrapalabra

Un homenaje a Nelson Mandela, un faro para la humanidad y la política

10/05/2024 | 16:38

 

Redacción Cadena 3

Julio Perotti

Hoy se cumplen 40 años del día en que la historia de la Humanidad dio un giro y abrió una etapa luminosa en favor de los derechos humanos.

El 10 de mayo de 1994, Nelson Rolihlahla Mandela (18 de julio de 1918 - 5 de diciembre de 2013) se convierte en el primer presidente negro de Sudáfrica y entierra definitivamente la segregación racial y la supremacía blanca en ese país.

Había ganado las elecciones de abril de 1994, en la que la mayoría negra pudo expresarse en las urnas, y poner fin así a la era del apartheid, en un país que llegó a darle rango constitucional al racismo. Pese a que soportó con estoicismo la cárcel entre 1963 y 1990, Mandela nunca dejó de pensar en la paz y reconciliación.

De hecho, continúa siendo una fuente de inspiración para personas de todo el mundo.

Su particular estilo de liderazgo estaba alimentado por una innata fuerza interior, un profundo sentido de autoconfianza y años de paciencia encerrado en una cárcel del apartheid.

Un líder correcto en el momento correcto dejó estas lecciones que quienes aspiran a ser líderes deberían tener presentes.

1. Todos son bienvenidos

Cuentan que tanto en la prisión de la isla de Robbeb y durante su presidencia, Mandela luchó porque negros y blancos, xhosa y zulus, ingleses y africanos, comunistas y capitalistas, contaran acceso y representación equitativa.

Puesto en términos modernos, fue un líder antigrieta.

2. Escucha y espera

Mandela es recordado por haber escuchado siempre todas las campanas antes de tomar una decisión.

La decisión final era de él, pero siempre teniendo en cuenta los consejos. Hablar al final le daba una ventaja estratégica incomparable.

3. En ocasiones hazlo solo

“Llega un momento en que un líder debe guiar”, dijo uno de los compañeros de prisión de Mandela.

A finales de los ochentas, en momentos en que el apartheid había desatado la violencia en las ciudades sudafricanas y los blancos oprimían como nunca antes, Mandela empezó a negociar en secreto con el Estado del apartheid.

Pero abandonaba su su estilo de consenso si notaba que entre sus colegas del Congreso Nacional Africano había desacuerdo o no verían con buenos ojos el contacto con lo que para ellos era “el enemigo”.

Se arriesgó, siguió su instinto y ganó.

4. Las primeras impresiones cuentan

El poder de la imagen era fuente para Mandela. Su altura y su aspecto firme, su caminar erguido, no se condecían con alguien que había soportado las peores condiciones en una cárcel.

Tenía aura de un sabio y místico gurú, decían los que lo veían por primera vez, aunque para su esposa Graca parecía un poco “vanidoso”.

5. Los medios de comunicación no son el enemigo

Pese a que estuvo preso durante 27 años, Mandela tenía una mirada de los medios de comunicación como un faro de la libertad de expresión.

Lo criticaban y caricaturizaban pero alguna vez Mandela le dijo a Zapiro, un caricaturista político sudafricano que lo había dibujado y mal, que disfrutaba mucho sus caricaturas.

Mandela manejaba las cámaras como una estrella de rock. No importa con quién estuviera, era imposible no posar el foco sobre él.

6. Cuando se acaba, se acaba

Quizá uno de los legados menos imitados y más imitables de Mandela debería ser la irrevocable decisión de dejar la presidencia después de cumplir un primer período. 

Nadie se va tan fácil y rápidamente del poder, salvo que tenga la muy profunda convicción de que él no es más importante que la investidura.

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