Abrapalabra
06/01/2023 | 16:36 |
Redacción Cadena 3
Julio Perotti
Leía en su blog un artículo del experto en campañas, el español Antoni Gutiérrez-Rubí, con un título sugestivo que tomamos prestado: Un político normal.
Sostiene Gutiérrez-Rubí que la pretensión entre los políticos de parecer normales es ambivalente. Dice textualmente: "Y aunque muchas veces nos parecen raros, cuando intentan parecer normales, observamos una paradoja democrática interesante: queremos líderes que sean como nosotros (personas normales), pero mejores que nosotros (personas con capacidad de ser hombres y mujeres de Estado)".
¿Qué tipo de políticos queremos los argentinos?
Nos cansamos de decir que hay que participar, que eso es lo mejor para un sistema político, que la gente se involucre no sólo en el momento de votar, que hay muchos lugares desde donde ofrecernos a la comunidad…
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Pero son pocos los que lo hacen por varias razones:
- Quizá egoísmo por eso de que "tengo mejores cosas que hacer en mi vida".
- O porque consideramos que, por más esfuerzo que alguien ponga, las estructuras políticas están hechas para que se conserven en la cima los que ya llegaron.
- O porque para hacer política se requieren recursos. Después de todo exige tiempos que los comunes mortales dedican a ganarse el sustento.
- O porque es una cosa sucia. La verdad es que el ejemplo que dan los "políticos profesionales" no ayuda demasiado a romper con ese preconcepto.
- O porque… muchas razones más.
Queremos políticos que sean como nosotros. Alguna vez, recuerda Gutiérrez-Rubí, Nelson Rockefeller dijo que "ningún hombre puede aspirar a ser elegido en su estado sin ser fotografiado comiéndose un hot dog". Choripán, traduciríamos al criollo.
O sea, lo más normal. Lo que hace cualquiera. Políticos que salgan de la caja de cristal y caminen entre todos nosotros.
Porque de esa manera conocerán la realidad, la compartirán, la palparán, entenderán cuáles son las soluciones que la sociedad espera.
Otra anécdota que recuerda Gutiérrez-Rubí: "Hace unos días, el actual primer ministro británico, Rishi Sunak, protagonizó una ridícula y vergonzosa situación en un centro benéfico, al preguntarle a una persona sin hogar si «trabajaba en negocios» y si quería entrar en el sector financiero".
Obviamente, se lo vio desconectado de la realidad cotidiana de sus votantes. Ni qué hablar de que Sunak es además uno de los hombres más ricos del Reino Unido.
La conclusión de esto es que, como dice Gutiérrez-Rubí, la normalidad no se fabrica, ni la aceptamos como maquillaje electoral.
Es más normal cuando viene natural. De lo contrario, es una pose. Tan artificial como una foto de Instagram…
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