En Santiago del Estero
12/06/2022 | 19:30 | Un productor y contratista santiagueño se endeudó para adquirir una moderna cosechadora de algodón, que no puede usar por la falta de combustible. "Ya no sé más que hacer", se lamenta con impotencia.
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Fabián Kassis tiene 55 años, es nacido y criado en Clodomira, departamento Banda, de Santiago del Estero, "capital nacional de la alfalfa", sostiene con orgullo. "Me crié con mis padres en el campo, y estoy hace 40 años en la agricultura, sembrando algodón y brindando servicios a terceros", agrega.
Hoy, Kassis le cuenta a EL CAMPO HOY con la voz quebrada, por una situación que nunca le tocó vivir.
"Antes, la recolección del algodón se hacía manual, hasta que aparecieron las cosechadoras. Se fue tecnificando la cosecha y a medida que iban pasando los años, la única fábrica que las elabora es John Deere, que empezó a innovar con nuevos sistemas, cambiando después las medidas de 38 a 76, y las fábricas y la necesidad fueron haciendo que fabriquen máquinas como el sistema Stripper". explica con docencia.
"Esta es la sexta máquina que voy adquiriendo desde la primera chiquita de dos surcos hasta pasar a otras más grandes y así, gracias a la venta de las usadas y con créditos, y venimos renovando la maquinaria", afirma.
Arena y sal
Kassis sostiene que para acceder a este moderno equipo vendió dos cosechadoras usadas; tomó un crédito; y pidió plata prestada a sus clientes.
El tema es que el equipo consume entre 25 a 30 litros por hectárea, y eso equivale a mil litros por día, pero están parados porque no se consigue ni Euro ni Común.
No sabemos qué hacer, estamos parados nosotros, el transporte de rollos de algodón. Además, no podemos seguir con la destrucción del restrojo por la plaga del picudo. En fin, diferentes factores que hacen a la producción del algodón. Venimos de un año seco con la mitad de la superficie que íbamos a sembrar".
En ese sentido, explicó que el dique que se abastece de Tucumán y Santiago deriva en el Dique Los Quiroga, "y por mal manejo y no hacer los trabajos de mantenimiento de los canales, quedamos con la mitad de la superficie sin sembrar,".
El equipo vale un millón 100 mil dólares
La máquina está parada sin poder recolectar el algodón de los clientes, y el hombre necesita devolver lo que le prestaron, cosechar lo suyo que trabaje la gente: los empleados, proveedores, transportistas, la desmotadora, los estacioneros.