De Laval

Polémica decisión

De Laval: "El cierre de la planta de El Trébol fue una decisión global"

29/11/2023 | 17:37

La empresa de capitales nórdicos afirmó que la decisión no obedece al actual contexto de la economía argentina.  Y anunció que apuestan a la lechería de largo plazo en nuestro país.

Redacción Cadena 3

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José Camoletto (De Laval)

La noticia causó estupor en la jornada de ayer, al confirmarse el cierre definitivo de la única planta fabricante de ordeñadoras en Argentina. 

Además, se trata de una decisión que le costó el trabajo a más de 40 familias, en una localidad que lo va a sentir. Sin embargo, José Camoletto, gerente comercial de De Laval Argentina, le restó dramatismo a la medida, al confirmar las indemnizaciones que impone la ley para cada uno de ellos. 

Esto obedece a una estrategia global de la compañía en la cual clasifica todos sus productos en tres categorías. 

Según explicó, la principal son los productos en los que la compañía pone foco y va a orientar todas las inversiones y la investigación en los próximos años a nivel global. Está relacionada con la robotización, la automatización, el uso de sensores en las salas de ordeño y el manejo de la información on line. 

"Y que todo eso se vaya transmitiendo de manera en tiempo real al productor, al tambero, al veterinario, con distintos niveles de información que ayuda actúa rápidamente con cada vaca del tambo".

Robotización. La empresa argumenta que la decisión se basa en una mayor apuesta a las nuevas tecnologías para el tambo. 

Por otro lado, colocó en un segundo grupo de tecnologías ("que tal vez no sean de tanta avanzada), pero que son necesarias para aplicar toda esta tecnología de punta, como ser rotativos inteligentes; salas paralelas e inteligentes, con antenas que identifican a las vacas en los puestos, tanques de frío que se comunican con el equipo de ordeño y van obteniendo información de cuánta leche está ingresando al tanque, etc."

Y por último, el tercer grupo de productos, que hacen al ordeño tradicional, "con tecnología de muchos años atrás".

En ese sentido, manifestó que "para poder concentrarse en los productos de la primera categoría tiene que dejar otros rubros atrás". Y por eso se decidió a nivel mundial, "que algunas plantas como las de El Trébol (que fabricaban productos tradicionales que seguramente los van a tercerizar o manejar desde algún otro mercado), pero ya no desde una planta propia como esta".

¿No se podía reconvertir?

Consultado por El Campo Hoy si era viable esa alternativa, fue claro. 

Reconvertir esta planta sería un proceso muy grande. De Laval tiene otras funcionando trabajando con estas tecnologías nuevas, y son esas las que está ampliando. Y estas dejan de ser funcionales a la estrategia de la empresa y por eso deciden cerrarla.

Esto "es un proceso que a nosotros nos llama la atención, nos sacude, pero es bastante normal en las empresas globales que producen en distintos lugares del mundo".

Además, se explayó diciendo que "hoy de lo que consumimos, no todas las empresas producen todos los productos. Sí los comercializan pero no significan que los hagan un 100% cada empresa, y la globalización ha tenido un rol muy grande en eso, y pos pandemia se ha extendido mucho más. Es el cierre de una planta industrial, pero lejos de que la empresa se retira del país, nada que ver".

Estuvieron y estarán 

Camoletto se defiende argumentando que De Laval está apostando mucho al mercado argentino, y que de hecho es el que más ha crecido en los últimos años en Latinoamérica, incluso superando a Brasil.

"Incluso este año inauguramos un centro de distribución en el parque industrial de Alvear, con una capacidad muy superior y eso no salió en ningún medio. La empresa sigue apostando muy fuerte al país, solo que por una cuestión de visión estratégica decide no seguir trabajando en estos equipos de ordeñe tradicional".

42 dramas

Por otro lado, admite que son 42 personas las que "quedaron desafectadas" por el cierre total de la planta. E insistió con el concepto inicial. 

No se cierra por motivos económicos. La planta no generaba pérdidas ni por especulaciones políticas, dado que esto está ocurriendo también en otros países y obedece a esa estrategia global. 

Además, siguió recordando que "tenemos 120 años en Argentina y seguimos apostando por el país. Las empresas suecas se plantean objetivos de largo plazo, cambian los gobiernos y los signos políticos. La casa central nos autorizó a una cantidad de equipos sin giro de divisas. Independientemente del gobierno de turno el tambero seguirá siendo tambero, Argentina tiene una futuro brillante en la lechería destacándose en la región, por eso más allá de cada gobierno la visión no se cambia".

El ordeño tradicional con instalaciones poco amigables y horarios hace que la gente se vaya de la profesión. Y justamente por eso apostamos a generar tecnologías que los independice del trabajo ,de las condiciones ambientales, del barro, etc.

El futuro

De Laval fue la primera en introducir los robots en Argentina en 2009, y actualmente se estima que hay más de 300 unidades robóticas entre todas las empresas que lo ofrecen. 

"En los últimos años, se comercializaron y se están instalando varios tambos rotativos con mucha tecnología, comunicación bluetooth, la unidad de ordeño hacia el puesto del trabajador. Hoy cualquier persona de manera remota puede entrar de manera remota y ver lo que sucede en el tambo. Un sistema de gestión que se aplica a cualquier sistema de ordeño en donde se colocan sensores que van transmitiendo en tiempo real la producción. Inclusive ya tenemos IA que nos ayuda a predecir anticipando algunos eventos como mastitis a través de sensores que alertan una posible ocurrencia cuando todavía no hay ningún síntoma físico. O que nos van a alertar de una posible fiebre de leche o vaca caída después del parto antes que se seque para poder hacer las correcciones en las dietas con un nivel de precisión muy alto. A todo eso estamos apostando, en el mercado argentino basado en el confort animal, dando condiciones a la vaca para darle más productividad, más longevidad, y menos eventos negativos par su producción".

Y cerró apostando a  que "estas herramientas atraen a las nuevas generaciones, que vieron a sus padres padece restos sistemas productivos, eso se termina con todos estos sensores que hacen que el tambo sea una actividad normal, sin tantos imprevistos".

Finalmente, insistió con que "se cerró una planta industrial, pero la empresa sigue presente con todos sus productos, su red de distribuidores, etc. Todo sigue, con la empresa invirtiendo y liderando el mercado de la leche en la Argentina. Esta planta se adquirió en 2001 cuando se adquirió Bossio, pero antes no teníamos una planta industrial, y tenemos 120 años de trayectoria en el país".

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