Fortaleza ante los desafíos de la vida

El protagonista de esta semana en El Campo Hoy es Darío Dell Erba, con una historia profundamente humana. Como la vida misma quita y da, desde un humilde origen, haber formado una familia que con su esposa María Pía Guadalupe Albrecht, fallecida el año pasado y los tres del matrimonio: Fausto (27), Mateo (23) y Pilar (15), los tres adoptados.

La charla con Cadena 3 Argentina arranca en la casa “donde nació mi mujer, se crió, aquí crecimos como familia. Nuestros hijos son adoptivos, fue una pelea importante lograr formar la familia. La llevamos adelante durante 29 años.

“Esta casa estuvo muchos años cerrada, era un campo que fue tapera, cuando nos pusimos de novio empezamos a venir, a recuperarla, nos llevó 25 años llegar hasta acá. Acá nos juntamos con la familia, los amigos, que son nuestro puntal, si hay algo que tiene un valor absoluto en la vida son los amigos”.

En un tramo de profunda emoción -emoción que durante la charla alcanza por igual al entrevistado como al periodista- Darío cuenta como es sobreponerse a la pérdida repentina de la compañera de una vida: “Cómo que tenés que focalizarte mucho en el trabajo, en el día a día, taparte de trabajo para que el recuerdo no sea tan fuerte, no vaya y venga tanto. Tratar de estar de pie, los chicos te siguen demandando, la empresa te sigue demandando, tapándose de cosas para que el recuerdo no pegue tan fuerte”.

La actividad productiva abarca seis unidades productivas tamberas y un sector de recría. Se hacía un feed lot de novillos cerrado actualmente por cuestiones económicas. Hay una base operativa, con equipamiento propio para toda la actividad, hasta el movimiento de tierras, excepto pulverización y confección de rollos. “Es bastante dificultoso, lo que colabora un montón es el equipo, no es posible sin el equipo. Tengo un equipo humano fantástico, llegamos acá por el equipo de trabajo”.

Dell Erba mira hacia atrás y recuerda que antes de empezar “tenía una bicicleta con asiento de trapo, de ahí vengo, de la nada. Arrancamos haciendo una actividad chica y fuimos inclinándonos a los tambos, en el 2001 te lo regalaban, no tenían ninguna posibilidad de comprarlo”.

Consultado sobre la clave para mantenerse en pie en un rubro tan complejo como el tambo Darío sostiene que “la clave es el costo, lo único que puede manejar el productor. El productor es un tomador de precio cuando compra insumos y cuando vende su producción, que es el verdadero problema, no le pone precio a nada”.

El 12 de diciembre de 2021 se inauguró un nuevo tambo hecho a esfuerzo, a pulmón, que se llama María de Guadalupe, que fue un desafío enorme desde lo técnico. “No funciona, falta un detalle. Que me pongan un transformador. Hace un año y pico estoy con la gestión y espero que se dignen a hacerlo. Vergonzoso”.

El Campo Hoy le pregunta por último a Darío Dell Erba como se comportó la vida con él: “De la vida soy un agradecido total. Nací en un pueblito, Pozo Borrado, en el medio de la nada. Landriscina decía que ni intemperie había. Entonces, esas herramientas como la sencillez, la amistad, el ayudarse uno a otro que se aprenden, se maman desde chico me ayudaron un montón.

“La vida me fue dando cosas, el hecho de poder estudiar, mi familia era muy humilde, el hecho de formar pareja con quien lo hice, una mujer fantástica, el hecho de poder adoptar tres chicos, que es un regalo de la vida. Y me fue dando un sinnúmero de oportunidades, llegar hasta acá de donde yo arranqué que no era nada. Mil vacas en ordeño, un capital, un equipo, un grupo de trabajo. La posibilidad de poder de algún modo hacer lo que hicieron conmigo, alguien me ayudo alguien me dio una mano, alguien me alentó para poder hacer esto"

“La vida creo que es eso, tratar de devolverle lo que uno recibe y si uno le puede poner un plus, también”.