Lo que se viene
28/12/2022 | 06:29 | El agregado agrícola en la embajada argentina en la UE analiza el escenario que se viene en materia de regulaciones para la cadena de la soja y la carne argentina.
Redacción Cadena 3
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Méd. Vet. Gastón Funes (Agregado Agrícola en la UE)
Se realizó a principios de mes la cuarta Mesa Redonda organizada por el International Trade Center acerca de las cadenas globales libres de deforestación. Junto con representantes de varios terceros países productores, se manifestó la preocupación por la implementación de la nueva normativa europea que se estima entrará en vigor a mediados de 2023.
EL CAMPO HOY dialogó con el Méd. Vet. Gastón Funes, agregado agrícola en la embajada argentina en la UE, dependiente de la Secretaria de Agricultura, Ganadería y Pesca de la Nación, quien adelantó algunas claves de lo que se está cocinando, y el impacto para nuestro sistema productivo.
apuntó.
Según Funes, los objetivos son un menor uso de pesticidas, fertilizantes, anti microbianos, un aumento del área orgánica; bienestar animal; la lucha contra la deforestación o el fraude alimentario (información y el etiquetado de los alimentos).
“Estas estrategias se plasman en normas legislativas que proponen desde el año pasado como la revisión del uso de pesticidas y una propuesta de reglamento sobre “productos libres de deforestación” que lanzó el año pasado. La UE quiere ser referencia a nivel global en este sentido”, agregó.
La importancia del mercado de la UE para Argentina
Se trata de un jugador importantísimo en el comercio de alimentos, ya que es el tercer importador mundial (150 mil millones de Euros) y a su vez es el principal exportador global (más de 180 mil millones de dólares).
Además, la UE es el principal destino de nuestras exportaciones (el 16 % en 2021) por un valor de U$S 8.400 millones aproximadamente. De este monto, el 85% son agro alimentos, por lo que la importancia para el sector es clave.
No obstante esto, quiere imponer su política en su relación bilateral con otros países. Por eso Argentina ha sido muy activa dando sus opiniones, trabajando junto a los países de la región con un mensaje que se puede producir en forma sostenible, y no hay un modelo único como la UE quiere imponer y traspolar.
Según el funcionario, para eso, debemos demostrar que la producción es sostenible a través de los tres pilares: ambiental, social y económico. “Hay mucha presión por parte del público y algunos europarlamentarios que priorizan la sostenibilidad ambiental, y eso puede afectar la seguridad alimentaria global. Por eso decimos que es muy importante en los tres niveles”.
Juntos somos más
El agregado agrícola explica que estas medidas afectan a todos los proveedores. “Con muchos otros países que si bien somos competidores somos fuertes exportadores, de todos los continentes, al tema lo seguimos en conjunto para trabajar en control de daños y trata de influenciar el proceso legislativo en la UE, lo que no es fácil”.
Y agrega que ellos tienen un mecanismo sofisticado en materia de consultas, y que “muchas veces sentimos que falta un diálogo más sustancial y efectivo, porque muchas veces abren las consultas, pero no toman en cuenta los comentarios de otros países. Estamos tratando de demostrar la sustentabilidad de nuestros sistemas productivos”.
Sectores que involucra
La norma se pensó en principio para estos sectores: aceite de palma, soja y subproductos, bovinos y subproductos, madera, café y cacao) y ahora entre la UE y los colegisladores (parlamento europeo y el consejo de la UE) incorporaron también el caucho.
A Argentina, lo que más nos pega es en la soja (principalmente harina de soja) y el ganado bovino, sobre todo la carne, ya que sólo esos sectores representan casi el 40 % del valor de las exportaciones a la UE.
Para estos 6 sectores, los importadores de la UE deberán trabajar bajo un criterio llamado "de diligencia debida", en el que van a tener que demostrar que los productos que importen no fueron causa de deforestación a partir de diciembre de 2020.
Triple impacto
Una cosa es la deforestación (según la define la FAO), y otra es la degradación forestal. "Es un concepto que no se sabe bien cómo se va a medir, es todo muy subjetivo y no hay elementos objetivos para medirlo", explica.
Además, el reglamento no tiene en cuenta las legislaciones de otros países. Argentina de hecho cuenta con una ley de bosques que impone un ordenamiento territorial con tres tipos de zonas: roja, amarilla y verde. Pero esta normativa de la UE no permite la deforestación legal, sin tener en cuenta las realidades y legislación de los países que exportan a la UE.
Desde la puesta en marcha de la ley, cada país de la Unión Europea va a tener una autoridad competente y esa información va a tener que ser provista por los importadores a la autoridad nacional de su país.
Límites vidriosos
Según Funes, los límites del proyecto todavía se desconocen. Por ejemplo, "un productor patagónico o de la Pampa Húmeda (que nunca fue un bosque) tampoco puede estar tranquilo, porque no se sabe cual información y pruebas va a tener que proveer para demostrarlo. La información que va a tener que demostrar el importador a las autoridades de su país van a ser algo clave, porque si se importa sin las garantías necesarias, van a tener multas", aclaró.
Manos a la obra
La trazabilidad será clave. Pero para la soja que es un commodity que se vende a granel con muchos actores desde el productor, el transporte, los puertos, el crushing donde se mezcla mercadería a granel, es muy difícil de establecer sistemas separados de segregación total.
Otro aspecto que nos preocupa muchísimo del reglamento que establece que la UE va a clasificar a los países en tres categorías: alto, bajo riesgo o standard.
Para los de bajo riesgo, esta diligencia debida de los importadores será simplificada sin tantas medidas adicionales que todavía no se sabe cuántos serán. Pero a un país de alto riesgo, es muy posible que los importadores no le compren más por las trabas burocráticas que tendrán.
Y para productores chicos, por más que trabajen en campos que no han deforestado, el costo que puede implicar el trámite, también lo pueden dejar afuera.
Funes admite que hasta ahora no ha sido un diálogo, sino que "tuvimos que escuchar lo que ellos van a hacer, por lo que queremos profundizar el diálogo para garantizar los requerimientos de la propuesta mediante esquemas realistas y aplicables, como le proyecto de la cadena de la soja desarrollado en nuestro país. Para demostrar que la soja y los productos no son causa de deforestación".
Prevenir antes que curar
"Queremos mostrar la sustentabilidad de nuestros países y los procedimientos para dar cumplimientos a esta norma. No coincidimos con enfoques únicos. Pero los sectores tendrán que desarrollar esquemas verificables para mantener el mercado".
El agregado agrícola sostiene que Santa Fe, por caso, ha presentado un proyecto sobre carne libre de deforestación.
Esto se viene, ya está y es importante establecer algún mecanismo de trazabilidad, geo referenciar, información de gestión sanitaria con el Senasa, ver los elementos para armar lo que se va a a exigir.
Cuando la UE clasifique a los países, el objetivo es que nos clasifiquen como país de bajo riesgo de deforestación, aun contemplando las distintas realidades regionales en este tema.
"Deberemos demostrar cómo se implementa con la ley de bosques, una condición necesaria pero no suficiente, así y todo no se va a poder exportar a la UE productos que vengan de deforestación, ni siquiera legal".
E insiste con el concepto que la UE "es muy compleja y sofisticada, y nosotros estamos planteando nuestra posición, profundizando el diálogo para demostrar nuestra producción sustentable y esto es lo que hemos planteado en todos los foros".
En ese sentido, explicó que se viene trabajando con el Consejo Agropecuario del Sur con los países del Mercosur mas Chile y Bolivia, donde lo vienen trabajando remarcando los tres pilares de la sustentabilidad y la potencialidad de la región para producir alimentos sustentables, en base a tecnología, innovación y ciencia, para colaborar con la seguridad alimentaria global.
Para tener en cuenta
Otra cuestión que han incorporado las instituciones europeas en la propuesta son las cuestiones ligadas a los pueblos originarios y el consentimiento en la producción en algunas zonas.
Se espera que la normativa se publique en el Diario Oficial de la UE para mediados del 2023 (junio o julio). Si bien ahí entrara en vigor, la aplicación será 18 meses después de su publicación en el Boletín Oficial para que los países desarrollen sus sistemas y la UE defina la letra chica. A fines de 2024 principios de 2025 es la fecha que empieza a regir.
La Comisión Europea redactara directrices para definir los protocolos y la trazabilidad para cada sector, para demostrar el cumplimiento de la norma, y para eso fue la visita de Gustavo Idígoras que mostró el protocolo que están desarrollando desde la cadena de la Soja.
"10 años atrás cuando hablábamos de estos remas, eran diferenciales de calidad, hoy son temas obligatorios,. En otros países o mercados estamos negociando protocolos sanitarios. Pero con la UE no tenemos casi productos adicionales a incorporar, sanitariamente estamos habilitados a entrar, pero cada vez más nos exigen estas normativas o enfoques horizontales, que hay que certificarlas, que por más que sanitariamente estés habilitado, esto se dificulta".
Funes, reconoce que antes estos eran temas de valor agregado que se vendían como que un producto diferencial que valía más por eso, pero que hoy es un requisito básico (ya sea desde la normativa de los países importadores o por demandas del mercado y del consumidor), ya que si uno no tiene en cuenta estos temas, queda afuera de los principales mercados.
Para desarrollar estos enfoques es importante el diálogo entre el sector privado y el público. En esto esta trabajando tanto la Secretaria de Agricultura, Ganadería y Pesca (Ministerio de Economía) y la Cancillería argentina.
De acá en más: que los actores de las cadenas desarrollen los protocolos y vean que ya hay avances en algunos temas, mesas de comercio y medio ambiente con la situación de cada sector. Y mostrar al mundo la sustentabilidad de la producción argentina. "El vaso está medio lleno, pero hay que informarlo más".
Un ejemplo final: FEFAC, la Asociación Europea que reúne e los productores de piensos de la UE, ha desarrollado directrices de provisión de soja sustentable, y en esas directrices ha incorporado elementos de sustentabilidad de soja, y entre los esquemas de certificación de dichas directrices ha incorporado el esquema de agricultura certificada de AAPRESID. "Tenemos mucho para mostrar, tenemos políticas y un sector innovador y pujante, por eso es fundamental el esfuerzo de todos los sectores, cumplir y dar garantías a los temas de sustentabilidad y saber como mostrarlo. Argentina está en condiciones de destacare frente e otros países", finalizó.
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