Desde “Chacraservicios”
13/06/2024 | 19:59
Redacción Cadena 3
Gustavo Gigena
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Martín Beaudeant, gerente de producción de Chacraservicios
“Chacraservicios” es la compañía local líder en el cultivo de Camelina en Argentina, y desde Pergamino, está abocada desde el año 2003 a la investigación y al desarrollo de esta oleaginosa, promoviendo la producción de aceite, cuyo consumo ha crecido a nivel mundial debido a su aplicación en el desarrollo de biocombustibles.
En este sentido, la firma que el año pasado fue adquirida por la asociación entre Bunge y Chevron, ofrece propuestas técnicas y productivas a productores locales para apuntar desde la siembra a un sistema agrícola cada vez más eficiente y sustentable.
En diálogo con El Campo Hoy, el gerente de Producción de Chacraservicios, Ing. Martín Beaudeant, se refirió a la importancia de los “Puentes Verdes” y la oportunidad que brinda la Camelina. “Es ideal para reemplazar en un puente verde a un barbecho o un cultivo tradicional de invierno, pero con una cosecha al final que asegura una renta al productor, a diferencia de un cultivo de servicio común”.
Beaudeant afirma que esto tiene muchos beneficios porque sustituye el barbecho químico y además mantiene el suelo vivo generando materia orgánica y capturando carbono. “Hoy por una cuestión de negocios muchos campos quedan sin cultivos de invierno y sin cobertura; ahí Camelina es un anexo a la intensificación y entra muy bien porque no le saca recursos al cultivo que le sigue atrás, y le suma una renta porque nos la vende a nosotros”.
Según el experto, hay entre 8 y 10 millones de hectáreas en invierno que no reciben cultivos de coberturas. “El mercado de Camelina, por ser una brassica sirve para la producción de biocombustibles especialmente aeronáuticos, su grano posee un 40% de aceite”.
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Cambio de Paradigma
Los planes para mitigar el calentamiento global generan una oportunidad, y a la vez, un desafío para el agro. Lograr una agricultura más sustentable, enfocada en el cuidado del carbono del suelo, aumentando la productividad para sostener la producción de alimentos y aportar materias primas al creciente uso de biocombustibles es una tendencia global.
Dentro de las metas que se proponen los países más desarrollados para mitigar las emisiones de carbono, se plantea un renovado rol del sector agropecuario. El mismo está basado en una agricultura que logre mayor captación dentro del ciclo del carbono, con una fijación efectiva que aumente el contenido de la materia orgánica de los suelos, y gastando la menor cantidad posible de insumos en ese trabajo.
Planteada en esos términos, la producción agrícola asegura que los cultivos capturen parte del carbono atmosférico, transformándolo en MO de los suelos, algo inverso a lo que ocurre especialmente cuando un bosque nativo es deforestado por tala o quema, se hace agrícola y, en este cambio de uso, el suelo pierde una fracción importante de la materia orgánica.
Por otra parte, en este nuevo contexto, la agricultura toma también un rol preponderante, siendo proveedora de materias primas sostenibles para energía, especialmente para los combustibles líquidos de nueva generación. Estas tecnologías innovadoras incorporan la posibilidad de producir combustibles 100% renovables que no precisan mezclas con combustibles fósiles y, por primera vez, la oportunidad de producir energía renovable para aviones.
Oportunidad para Argentina
Para este desafío, que va a marcar el ritmo de la agricultura en los próximos años, nuestro país cuenta con una base fundamental: una amplia región productiva libre de deforestación, que es la condición de todas las certificaciones; un manejo de la siembra directa sumamente extendido, y un consumo de fertilizantes ajustado a diagnóstico hace potencialmente a la agricultura argentina, una de las más eficientes del mundo.
Sin embargo, para aumentar la producción es importante incorporar otras herramientas. Una de ellas se basa en desarrollar cultivos de invierno que permitan extender el doble cultivo, para generar más cosechas en un mismo período de tiempo.
Entonces, incluir estos puentes verdes* con cosecha en reemplazo de los barbechos, permite intensificar la secuencia de cultivos, reemplazando respiración de carbono por captación de carbono y con la posibilidad de reducir el uso de herbicidas.
Cultivo de servicio con renta
El cultivo de Camelina se trabaja bajo contrato de producción, en los que se provee la semilla y con el compromiso a recibir toda la cosecha que genere la superficie certificada. Para que expresen su potencial, la nutrición de estos cultivos tiene que ser balanceada y eficiente. Se recomiendan formulaciones con nitrógeno y fósforo complementadas con azufre, ya que las brásicas tienen alto requerimiento de este nutriente.
La certificación es fundamental para acceder a la industria de los biocombustibles. Por un lado, se comprueba que el lote sea libre de deforestación, y por otro, se miden las emisiones de carbono que ocurren durante la producción, transporte y molienda. Aquí se corrobora que la materia prima generada tenga un ahorro neto frente a las fuentes fósiles.
Camelina, mucho por conocer
Esta brassica es un cultivo nuevo a nivel mundial. Desarrollado hace tan solo 20 años a partir de plantas originadas en Ucrania, tiene como principal atributo ser una especie de ciclo corto, rústico, y que, a diferencia de la colza, presenta resistencia a heladas en el ciclo de emergencia-roseta.
Por esta razón, se plantea como un “ciclo extracorto” respecto de la colza, que permite siembras en junio y julio (riesgosas para colza), lo que la vuelve una alternativa muy interesante para sumar lotes que salen de soja de segunda.
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Una enorme oportunidad
El uso de un cultivo de servicio con cosecha que reemplaza a un barbecho aumenta la intensificación de la secuencia de cultivos. La mirada de los expertos.