Un empresario de Bahía Blanca abrió sus locales de comida como refugio

Diego Núñez es un empresario local y propietario de tres locales de McDonald's, que abrió sus puertas para ayudar a los voluntarios que trabajan incansablemente tras el reciente temporal en Bahía Blanca.

"Aprovechamos que tuvimos luz en un local que está en las afueras y comenzamos a armar combos para atender a los voluntarios, a Defensa Civil, municipales, Bomberos y Policía", explicó Núñez. "Son personas que están laburando por otros y no tienen ni que comer", agregó.

El empresario destacó que, tras conseguir un generador, logró abrir el local del centro de Bahía Blanca. "Es el único que está teniendo luz. Tenemos diez zapatillas puestas para que puedan enchufar sus teléfonos", comentó a Cadena 3 sobre las facilidades que brinda a quienes se acercan.

"Hoy vamos a empezar a atender también a los centros evacuados, que entiendo que deben andar por las 2.000 personas", anunció Núñez, quien busca colaborar con la comunidad que lo apoya a diario.

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Diego, que lleva dieciséis años en Bahía Blanca, dijo que el temporal derribó el 50% del arbolado. "El barro y el agua entraron en todas las casas", indicó.

El empresario también expresó su preocupación por las consecuencias económicas que enfrentará la comunidad. "Nadie tiene un seguro ante este tipo de evento. La gente perdió todo, desde colchones hasta heladeras", lamentó.

Los locales de McDonald's en Brown 266, así como en avenida Sarmiento en el 2200, están abiertos para que la gente pueda cargar sus teléfonos y computadoras.

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• Huanguelén: 250 mm de lluvia en dos semanas: la desesperación del campo

La localidad de Huanguelén, ubicada a 250 kilómetros de Bahía Blanca, fue otra de las más afectadas con lluvias que alcanzaron los 620 milímetros en solo dos semanas.

Juan Curzel, un joven de 19 años que vive y trabaja en el campo con su familia, describió la crítica situación. "Estamos complicados porque nunca se esperó una lluvia así, tan grande". 

La familia Curzel enfrenta dificultades para alimentar a sus animales, ya que el pasto quedó bajo el agua y deben recurrir a reservas de heno que normalmente se guardan para el invierno.

"Estamos empezando a dar rollos que serían lo que tendríamos que dar en el invierno”, explicó Juan a Cadena 3. La situación se agravó ya que los caminos están intransitables y solo pueden acceder al pueblo con tractores para buscar comida.

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En Huanguelén, que cuenta con 6.000 habitantes, la inundación también afectó gravemente la infraestructura. "El pueblo se inundó y hubo varios sectores sin luz", comentó Juan, quien recordó que su bisabuela vivió una situación similar en 1985, cuando también se inundaron los campos y las calles. "En el '85 también fue complicado, me decía mi abuela que ellos tuvieron que andar en lancha", relató.

Ante esta crisis, Juan lanzó un mensaje sobre la necesidad de mantener las cunetas y caminos: "Cuando estuvo seco, se habló mucho de que limpien las cunetas, limpien las encantarillas. Se podría hacer más". La falta de mantenimiento en la infraestructura contribuye a la acumulación de agua en los campos.

La familia Curzel, que se dedica a la producción de gallinas ponedoras y ganado, espera que el agua se retire en las próximas semanas, pero la situación sigue siendo crítica. "No hay mucho que hacer. Es esperar que se vaya el agua y seguir trabajando", concluyó Juan.

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Entrevista de Rodolfo Barili.