Guerra en Europa
06/03/2022 | 10:41 | Por Marcos Calligaris.
Marcos Calligaris
Más de 106.000 refugiados ingresaron a Polonia el sábado, un nuevo récord diario que eleva a cerca de 800.000 el número de ucranianos que llegaron al país desde el inicio de la invasión rusa.
Este éxodo masivo es palpable en cada centro de acogida, donde afortunadamente también creció de manera exponencial la cantidad de voluntarios de toda Europa.
Durante los últimos cinco días me tocó ser testigo de cómo se fue saturando y reconvirtiendo el principal campamento de refugiados de Przemysl, un hipermercado desocupado y sus alrededores.
/Inicio Código Embebido/
Primero los desplazados pernoctaban en carpas levantadas en el estacionamiento, hasta que se habilitaron las galerías; luego abrieron los locales y finalmente ayer se habilitó el salón principal del centro comercial.
"Sin destino. Sin lugar para vivir", advierte un cartón en el ingreso, que fue garabateado con fibra en ucraniano, ruso e inglés. La idea me choca.
Entro y la imagen me parece sacada de una película sobre el apocalipsis. Cientos de catres fueron dispuestos en línea formando corredores. Están todos ocupados.
/Inicio Código Embebido/
Como en un supermercado, uno puede recorrer los pasillos, que en este caso cobijan a cientos de personas de todas las edades.
"La gente que se queda acá es porque aún no tiene decidido un destino, pueden pasarse una noche, dos o lo que sea necesario hasta que continúe el viaje", me cuenta Janetta, una joven que vino desde Cracovia para ayudar como voluntaria.
Esta noche, Janetta se ocupa de ofrecerles tapones para los oídos a los refugiados. No debe ser fácil conciliar el sueño con tanto ruido, luz y movimientos.
Serpenteo por los pasillos y trato de observar uno a uno los rostros. Veo una chica que tiene un labrador marrón y también un gato en una pequeña jaula. El perro parece cansado y se deja acariciar la cabeza. Del gato, solo distinto los ojos entre las rejas.
/Inicio Código Embebido/
Veo a una viejita que descansa de costado, con la mirada clavada en la nada; veo muchos nenes dormidos, otros juegan con el celular.
Al final de un pasillo me topo con Robert, un joven checo que huye con su novia ucraniana desde Járkov, la segunda ciudad del país y que desde hace días es atacada por los rusos.
"Nunca pensé que la situación iba a escalar hasta este punto", me dice el joven, que hasta hace algunas horas se dedicaba a enseñar inglés en esa importante ciudad oriental de un millón y medio de habitantes.
Robert me cuenta que el vuelo rasante de un avión ruso hizo explotar los vidrios de su departamento y que vio cómo un misil destrozó un edificio a solo unos metros de su hogar.
"En ese momento caí en la cuenta de que esto no tenía marcha atrás. Te juro que lo que vi en Járkov es mucho más grave de lo que se muestra en la tele", asegura y me muestra videos en su celular de un barrio absolutamente destruido.
En medio de su indignación por verse forzado a convertirse en refugiado, el joven checo me dice que un Tribunal Penal Internacional debe juzgar a Putin por crímenes de guerra, tal como sucedió con el serbio Slobodan Miloševic.
Al mismo tiempo, cree que Rusia se va a empantanar en Ucrania. "En Járkov no recibimos a los rusos festejando, como pasó en el Dombás, la resistencia es muy fuerte", asegura.
Tal como le sucede a Robert, más de un millón de personas se vieron obligadas a abandonar Ucrania como consecuencia de la "operación militar especial" de Putin, una guerra con todas las letras que puso en entredicho el destino de una nación completa.
Llegó la hora de dejar Polonia. El drama de los refugiados también repercute en países menos preparados para recibirlos, como Eslovaquia, Hungría, Rumania y Moldavia.
Hacia el primero de esos me encamino.
Te puede Interesar
Guerra en Europa
"Estoy hospedando a una mamá de 40, su hija Katya, que cumplió 21 el domingo y Dima, el hijo de 15. Son increíbles, muy fuertes y muy interesante su historia también", contó a Cadena 3.
Guerra en Europa
El presidente ucraniano le reclamó a Alemania que apoye el ingreso de su país a la OTAN.
Guerra en Europa
El enviado especial a la zona de la disputa entre Rusia y Ucrania, Marcos Calligaris, llegó Córdoba y relató sus experiencias al entrar en contacto con los refugiados. "Encontré mucha solidaridad", contó. Escuchá.