"Habría que concebir un deseo de llegar a ser lector, así como suele formularse el deseo de llegar a ser escritor"

Por Lucía Fernández Cívico 

Bajo el título "El Salón literario", la conferencia inaugural de la 47º Feria del Libro de Buenos Aires, a cargo de Martín Kohan, se centró principalmente en la figura del lector.

Luego de los discursos de las autoridades, Alejandro Vaccaro, presidente de la Fundación el Libro, el de Claudio Orrego gobernador de la región metropolitana de Santiago de Chile (ciudad invitada de honor este año), del ministro de las Culturas del país trasandino, Jaime de Aguirre, de Enrique Avogadro, ministro porteño y de Tristán Bauer, ministro de Cultura nacional, dio inicio a su conferencia Martín Kohan, escritor del recientemente editado "¿Hola? Un réquiem para el teléfono".

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Criticó la centralidad de los escritores en este tipo de eventos. “Las ferias del libro y los festivales de literatura de todas partes tienden a constituirse, ante todo, como espacios consagrados a la presentación estelar de los escritores. Pasarelas para que desfilen, pedestales para que se yergan, escenas montadas para su figuración personal. Aclaro, por si hace falta, uno también admira a escritores. Y no fue sino en la feria del libro donde obtuve algunos autógrafos. En lo que pienso es en la tendencia de época, a centrarse fuertemente en el escribir y en el Ser Escritor, haciendo de la lectura apenas un insumo necesario a tal efecto y eso, incluso en el mejor de los casos, porque en otros casos se la considera eventualmente prescindible”.

Propuso, además, reformular el lema histórico de la feria del libro (“o ampliarlo”). “Ese del autor al lector, añadir a manera de comentario del lector al autor. Este factor de la reciprocidad puede modificar, en principio, la disposición imaginaria de ciertas típicas escenas de feria como las charlas o las presentaciones o las firmas de libros”.

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En relación a la cantidad de distracciones que tenemos en la actualidad, dijo que esto del lector disperso o discontinuo siempre existió, pero que ahora está intensificado. Agregó que, cuando leemos, “siempre hay alguien que aparece, nos interrumpe, nos habla”.

“No se trata de todas formas, en ningún caso de moralizar ese gusto específico, el de la lectura ni seguir acumulando arengas, se trata apenas de estimular tan ampliamente como se pueda, esto que en la feria sencillamente sucede, rondar entre libros, entrar en contacto con ellos. Contacto en un sentido diferente, sin solemnidad”, añadió.

Para concluir, Kohan hizo hincapié, fundamentalmente, en los lectores y la lectura como punto nodal de cualquier feria del libro: “Habría que concebir un deseo de llegar a ser lector, así como suele formularse el deseo de llegar a ser escritor”.