17 de agosto
17/08/2023 | 11:27
Redacción Cadena 3
Antes de poner en marcha su monumental proyecto del cruce de los Andes el general José de San Martín realizó un prolijo inventario de sus libros con el título de “Cuaderno que consta a la razón de los libros que se hallan encajonados en Mendoza pertenecientes al señor don José de San Martín”.
Según el célebre cardiocirujano René Favaloro en su libro “Conoce Usted a San Martín” (Penguin Random House Grupo Editorial, Bs.As. 2009), fueron once cajones con más de 800 volúmenes, y la nómina completa de esa bibliografía personal figura en un trabajo del historiador argentino José Pacífico Otero (1874-1937), considerado fundador del Instituto Nacional Sanmartiniano (INS) y autor de “Historia del Libertador General San Martín” y otras calificadas obras de historia del país. Del trabajo de Otero y publicado por el INS, se sabe que entre esos libros del Libertador destacan los siguientes: El diccionario de Rosier, en 16 tomos; Matemática, 4 tomos; Tratado de Legislación Civil y Penal, 3 tomos; Comedias de Calderón de la Barca; Revolución de Francia, 4 tomos; Introducción al estudio de las Bellas Artes; Obras de Montesquieu, 12 tomos; Maniobras navales, 2 tomos; Dictionnaire de musique; Táctica Naval; Compendio de la Navegación; Histoire des philosophes modernes, 7 tomos; Romans de Voltaire, 2 tomos; Ilíada de Homero, 3 tomos; Les príncipes de la philosophie; Histoire de Marie-Antoinette, 4 tomos, y Elementos de mineralogía, entre otros.
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Recordemos que la formación cultural del Padre de la Patria, tiene su primera etapa en España, pero quienes han investigado su vida fuera del trascendente rol de militar, reconocen que fue un autodidacta a quien le gustaba mucho leer y, por ello, llegó a tener esa importante biblioteca, muy valiosa en títulos y autores de la época.
Precisamente, Ricardo Rodolfo Caillet Bois (1903-1977), historiador y autor de una bibliografía sobre la historia política y diplomática de la Argentina, especialista en temas sanmartinianos, precisó en uno de sus trabajos que “las cuartas quintas partes de la biblioteca del Libertador eran francesas, algunos pocos en inglés, seis portugueses y un ejemplar en latín; lo que totalizaba unos seiscientos cuarenta tomos en francés, unos ciento cincuenta en español y unos diez en inglés, portugués y latín”.
Precisamente, el coronel Leopoldo R. Ornstein (1896-1973), diplomado en la Escuela Superior de Guerra, jefe de Estudios del Colegio Militar de la Nación y autor de una nutrida bibliografía en la que destacan obras como “La campaña de los Andes y “De Chacabuco a Maipú”, dijo en una conferencia sobre el “Aníbal de los Andes” en la Comisión Nacional de Museos, Monumentos y Lugares Históricos, que “era parco en palabras y reservado en sus opiniones (…), pero hablaba correctamente francés e inglés y poseía nociones de latín”. Además, había profundizado en filosofía e historia, “madurando luego sus conocimientos en el campo de sus propias reflexiones. Le eran familiares los métodos de los grandes capitanes del pasado, desde Aníbal y Alejandro hasta Federico el Grande”.
Finalmente, vale subrayar también que el general San Martín llegó a fundar bibliotecas en Mendoza y en Perú, y fue el primer donante para la creación de la biblioteca de Chile, justificando esa necesidad para los pueblos con esta sentencia: “La biblioteca está destinada a la ilustración universal y es más poderosa que nuestros ejércitos para sostener la independencia”.
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