Viajecito gastronómico
29/07/2022 | 11:33 | Se trata de sitios pocos conocidos que están a pocos kilómetros de la Capital. Se caracterizan por su tranquilidad y sus paisajes serranos. Ideales para disfrutar en familia o entre amigos.
Buenos Aires es mucho más que calles anchas y sorprendentes construcciones. Un poco más allá de la Capital, los municipios de San Andrés de Giles y Luján ofrecen una propuesta para una escapada de fin de semana que incluye oferta gastronómica y paisajes rurales.
El aroma a asado, las pastas con sabor a receta de la abuela, las picadas artesanales y los postres caseros de tradición familiar, son los las especialidades de los restaurantes en los pueblos rurales de la Provincia.
1. Cucullú
Se encuentra en el partido de San Andrés de Giles. Está unida al paso de la vías del tren, a la vida agropecuaria y a los hornos de ladrillo que se instalaron en la década del '40.
En pleno auge local, Jorge Gallo, inmigrante italiano de la región de Piamonte, abrió el almacén de ramos generales que se transformó en el epicentro de la vida del pueblo. En 2018, Rodolfo Gallo, familiar de Jorge, recuperó el negocio familiar y reabrió las puertas de Casa Gallo.
Hoy en día es un espacio que conserva el espíritu fraternal del poblado y la buena mano para la cocina. Todos los fines de semana se sirven guisados de cordero. También bife de chorizo con papas fritas o ensalada, y huevo frito; bondiola al verdeo; picadas con tapeo, y pastas como ñoquis, canelones o ravioles.
Casa Gallo también es una suerte de museo que narra momentos de la vida de Cucullú, con un patio donde se emplaza el primer molino que dio agua a las cuatro casas y a la escuela local, y en una de las salas se encuentra el motor a explosión que proveía luz al pueblo durante tres o cuatros horas en la noche y aún posee el horno a leña.
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2. Cortínez
Este pueblito está ubicado a 10 km de la ciudad de Luján. Nació en 1888 en torno al tren que transportaba la producción agropecuaria hacia los centros urbanos.
Hoy conjuga la tranquilidad de sus calles con la gastronomía rural, que tienta a los visitantes de las grandes ciudades.
Don Obayca es un restaurante de campo con platos artesanales como empanadas fritas, fiambres y quesos, escabeches, pastas caseras, carnes, postres, y su tradicional lemoncello.
El lugar abre sus puertas los fines de semana: sábados, mediodía y noche; domingos y feriados, solo mediodía.
3. Carlos Keen
Carlos Keen es ícono del turismo rural bonaerense. Todos los fines de semana una importante cantidad de personas recorren sus calles de tierra, el predio de la estación, la feria de emprendedores y sus típicos bodegones con exquisiteces caseras.
El Nene de Keen es uno de los tantos establecimientos que ofrecen almuerzos o meriendas, proponiendo un menú fijo y libre, y con opciones para comensales vegetarianos y celíacos.
La recepción incluye focaccia y pan casero con tomates confitados; luego vienen la entrada con una tabla de fiambres, el plato caliente con diferentes tipos de pastas, parrilla, ensaladas y papas fritas; y los postres entre manjares como flan casero, budín de pan, queso y dulce, helado y arroz con leche. Por la tarde se sirven merienda y sus tortas fritas crujientes acompañadas por una infusión.