Visita Obligada
06/07/2022 | 07:32 | Se trata de la Librería de Ávila, popularmente conocida como Librería del colegio. Data del año 1785. Importantes figuras pasaron por allí. En el subsuelo tenía un café literario.
Una de las librerías más antiguas del mundo se encuentra en pleno microcentro porteño. Se trata de Librería de Ávila, popularmente conocida como librería del colegio, por su proximidad con el Nacional de Buenos Aires.
Ya a comienzos del 1700, en la esquina de las calles Potosí y Santísima Trinidad, hoy Adolfo Alsina y Bolívar, funcionaba un almacén de ramos generales, que vendía además, medicamentos y libros. Recién a mediados del siglo XIX tomó el nombre de "Librería del Colegio", por su proximidad con el Nacional de Buenos Aires.
Ubicado a cien metros de la Plaza Mayor y frente al Café de Marco, donde se reunieron los revolucionarios de 1810, el almacén de ramos generales estaba también frente al Colegio Real de San Carlos, a cargo de los jesuitas primero, y luego transformado en Colegio Nacional. En este lugar también se vendió, en 1801, el primer periódico de Buenos Aires, el El Telégrafo Mercantil, Rural, Político, Económico e Historiográfico del Río de la Plata.
/Inicio Código Embebido/
Mirá también
/Fin Código Embebido/
Allí se reunían Moreno, Castelli y Belgrano y fueron gestando las ideas de la revolución de 1810. En esta localización privilegiada, se instaló la Librería del Colegio hacia 1830. Algunos de sus clientes fueron los presidentes Mitre, Sarmiento y Avellaneda. Leopoldo Lugones, Roberto Arlt, Jorge Luis Borges, Adolfo Bioy Casares y Victoria Ocampo, fueron algunos de los escritores que pasaron por allí también.
La librería del Colegio cerró sus puertas en el año 1989, para ser refundada cuatro años más tarde por Miguel Ávila, el actual propietario de la Librería de Ávila. En 1926, el viejo local de la librería fue demolido, y en su lugar se construyó uno nuevo, instalado en la planta baja y subsuelo de un edificio residencial de estilo ecléctico, proyectado por el arquitecto Ángel Pascual y el ingeniero Luis Migone, en donde permanece en la actualidad. Así es que se convirtió en la primera construcción de Buenos Aires en tener dos pisos.
Miguel Ávila, antes propietario de la librería Fray Mocho adquirió la Librería del Colegio en 1994, y le impuso su nombre, manteniendo el tradicional estilo del local y transformándolo en especializado en libros y revistas antiguos, ediciones de colección y rarezas históricas. Además, en el subsuelo funcionaba un llamado café literario.
/Inicio Código Embebido/