Liga Nacional de Básquet
17/05/2023 | 00:59
Redacción Cadena 3
Ignacio García Iturriza
Todo comenzó una tarde primaveral de septiembre de 2022, cuando el presidente Felipe Lábaque llamó a una conferencia de prensa en la histórica sede de Alejandro Aguado 775. Con caras risueñas y clima distendido, “Felo” dejaba en claro que esta temporada Atenas iba a “volver a pelear arriba”, presentando a un entrenador de fuste como Claudio Arrigoni y un objetivo claro: llegar a playoffs.
“Vos entrás acá y la historia te da un cachetazo”, decía ante los presentes el flamante DT al referirse a la inmensidad de trofeos en la vitrina. Paradoja o señal del destino, esa frase terminaría tomando forma meses después, pero de forma dramática, como si fuera el inicio de una tragedia griega.
La temporada comenzó el 9 de octubre, enfrentando a un rival clásico como Boca en el Cerutti. El equipo se plantó bien, acorde a un presupuesto alto, pero menor al del “Xeneize”, que se presentaba como uno de los candidatos al título. El resultado fue derrota por 84-95.
Los jugadores titulares de aquella noche fueron Alejandro Konsztadt, Federico Mariani, Romeao Ferguson, Justin Satchell y Arkeem Joseph. Al igual que en temporadas pasadas, “El Griego” apostaba por jerarquía en jugadores extranjeros.
En el siguiente juego, Atenas consiguió su primera victoria ante Unión. Fue 88-83, demostrando que el plantel estaba un escalón por encima del recién ascendido equipo santafecino. No obstante, esa sería la última alegría en mucho tiempo, demasiado tiempo.
Las risas de la conferencia se esfumaron ante una seguidilla de seis caídas al hilo que provocaron el despido de Claudio Arrigoni. La decisión fue tomada por Lábaque y se trató del primer golpe de timón, en una temporada que recién comenzaba.
La salida de Arrigoni no fue el único disgusto. Los tres extranjeros que había contratado la dirigencia decidieron irse del equipo. Tanto Romeao Ferguson como Justin Satchell se fueron por decisión propia y días más tarde hizo lo mismo Arkeem Joseph. La salida en masa de los tres jugadores foráneos dejó al plantel sin respuesta.
Con bombos y platillos, Atenas anunciaba la contratación del experimentado Sebastián González, de último paso por Quimsa, y con buenos recuerdos en barrio General Bustos. No solo había hecho inferiores como jugador en el club, sino que además había logrado salir campeón del Súper 8, en 2011, como DT.
No solo pintaba bien la llegada, sino que parecía que González se iba a convertir en el salvador de Atenas. En simultaneo, el club anunciaba la contratación de tres extranjeros: Deion McClenton (Estados Unidos), Guillermo Díaz (Puerto Rico) y Fabián Jaimes (México).
Con equipo resuelto, los hinchas se agolparon en el Carlos Cerutti para el partido contra Obras, el primero de este nuevo ciclo. Luchador y aguerrido, “El Griego” batalló, pero no logró evitar la derrota por 88-96 contra un equipo preparado para playoffs.
Lo que vino después fue otro cachetazo a las aspiraciones del club. Seis derrotas consecutivas y renuncia sorpresiva de Sebastián González. El ciclo solo duró un mes con siete derrotas en siete presentaciones. Para colmo, el base Augusto Alonso, el puertorriqueño Díaz y el extranjero Ferguson (contratado por González) decidieron irse del equipo.
Atenas se quedaba sin entrenador y sin posibilidad de buscar recambios porque había excedido el límite de seis reemplazos posibles. En una nueva crisis, Lábaque dio otro golpe de timón con una decisión controvertida: subió a Elián Villafañe, asistente de González, al puesto de DT.
“Está difícil, pero no imposible”, dijo Villafañe en una de sus primeras notas. El presidente del “Griego” aseguraba que iba a ser el DT hasta el final de la temporada. Sin embargo, nunca pudo ganar y terminó con un récord de 0-10.
Además, bajo su dirección técnica el equipo recibió un promedio de 95,4 puntos y en 5 de las 10 derrotas recibió más de 100 puntos. Acorralado por sus palabras, Lábaque sorprendió con el último golpe de timón: el anuncio de Álvaro Castiñeira como DT y el paso de Villafañe como asistente.
El experimentado Castiñeira llegó al equipo el 13 de febrero con una misión imposible: revertir el presente negro del club, que acumulaba 24 derrotas en 25 partidos. En su debut ante San Lorenzo, cortó una racha de 23 derrotas consecutivas. Luego, logró hilvanar tres triunfos al hilo, pero ya era demasiado tarde y no fue suficiente para salvarlo de jugar por la permanencia.
En medio de la crisis, Lábaque llamó a una asamblea general ordinaria y proclamó a David Urreta como nuevo presidente de la institución de General Bustos. "Felo", en tanto, pasó al sillón de vicepresidente y lanzó una promesa: "Si Atenas desciende, me voy a quedar, voy a seguir para volver a la Liga lo más rápido posible".
El rival de la permanencia no fue otro que San Lorenzo. El tetracampeón terminó penúltimo y por eso contó con ventaja de localía para la serie al mejor de cinco. En los primeros dos juegos en Buenos Aires, “El Ciclón” lo pasó por arriba al equipo cordobés y lo puso en una situación delicada. Primero le ganó por 99-65 y después 90-81.
Con la obligación de ganar como sea, los hinchas de Atenas colmaron el histórico Polideportivo Carlos Cerutti para intentar lograr la heroica remontada. Y lo lograron. Con dos partidos intensos y apasionantes, el equipo logró forzar el juego 5 en Buenos Aires. El decisivo.
Sin embargo, en el último no alcanzó. La noche de Boedo fue la más negra de la historia para "El Griego", la de esa parte de la historia que parecía que nunca se iba a escribir. La de San Lorenzo 73 - Atenas 62. La del punto final de la crónica de un descenso anunciado.
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Tras descender
El presidente del "Griego", David Urreta, habló con Cadena 3. "Lo resolveremos en la comisión directiva con una consulta a los socios", indicó.
Liga Profesional
Fue 2-0 en el Nuevo Gasómetro. Vombergar, por duplicado y ambos de penal, fue el goleador del “Ciclón”, que suma 35 puntos y quedó a 2 de River. “La Gloria” sufrió la expulsión de Carranza tras una insólita patada.