La Selección avanzó a paso firme en el Mundial

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El camino de Argentina hacia la final del Mundial de China

14/09/2019 | 15:07 | De menor a mayor. Así fue el rendimiento de la Selección en la Copa del Mundo, que comenzó con algunas dudas ante rivales menores y terminó mostrando un juego brillante frente a las potencias. Mirá.

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La Selección avanzó a paso firme en el Mundial

Por Guillermo Panero

Somos finalistas del mundo. No, no es un sueño. Parece que hay que pellizcarse, pero la Selección argentina de básquet rompió todos los pronósticos y jugará este domingo ante España por la medalla de oro en el Mundial de China. 

Y aunque el capitán Luis Scola diga que para él esto no es una sorpresa, nadie imaginaba este resultado en el inicio de la Copa del Mundo, ya que el equipo ganó todos los partidos y bajó a grandes potencias del torneo.

De menor a mayor. Así fue el rendimiento de Argentina en el Mundial. Por suerte para la Selección, también fue de menor a mayor la dificultad de los enfrentamientos, lo que permitió que el equipo de Sergio Hernández se vaya acomodando y gane confianza para los duelos trascendentales ante las potencias.

El debut fue ante Corea del Sur, un rival que se suponía accesible, ya que no tenía grandes figuras en su plantel. Luego de un primer cuarto disputado, Argentina quebró el partido en el segundo período y “el Oveja” Hernández pudo darle participación a los 12 jugadores del plantel. El elenco nacional tuvo cinco jugadores en doble dígito y a Nicolás Laprovíttola como el más destacado con 17 puntos.

Luego de sacarse los nervios del debut, Argentina tuvo que encarar un partido fundamental contra Nigeria para asegurar su clasificación a la segunda fase del torneo. Los africanos llegaban como una posible revelación del torneo, ya que contaban con cinco jugadores de la NBA y nueve basquetbolistas nacidos y criados en Estados Unidos. 

Su estilo de juego atlético y dinámico era una amenaza para la Selección, que lo sufrió cuando en el segundo cuarto los nigerianos metieron una racha y se pusieron al frente en el marcador. Sin embargo, en el segundo tiempo apareció el temple del equipo, que defendió con mucha intensidad y atacó con mayor soltura, dos virtudes que caracterizan a Patricio Garino, la figura del encuentro.

Tras asegurar su pase a la segunda ronda, el equipo del Oveja Hernández debió enfrentar a Rusia, que también había ganado sus dos partidos anteriores en el grupo. Pese a que los dos equipos estaban clasificados, el partido era trascendental para ambos, ya que querían ganar para avanzar con un mejor récord a la segunda ronda. Para la Selección era una dura prueba, porque se trataba de su primer rival europeo y una de las escuelas históricas del básquet internacional. 

En un partido muy estudiado y de bajo goleo, el equipo nacional parecía tener el juego liquidado en el tercer cuarto, pero Rusia se despertó en el período final y se puso a dos puntos cuando faltaba menos de un minuto para que termine el partido. Ahí apareció Facundo Campazzo, el corazón del equipo, que tomó todas las responsabilidades en el cierre y con cuatro puntos, un robo y una asistencia en los últimos 30 segundos le dio un triunfo clave a la Selección.

El inicio de la segunda fase mostraba un juego muy riesgoso en el horizonte: Venezuela, un rival clave por el objetivo fundamental de ocupar una de las dos plazas de América para clasificar a los Juegos Olímpicos. “La Vinotinto”, un equipo incómodo que propone un juego muy físico y trabado, siempre fue un hueso duro de roer para la Selección. 

Para colmo de males, a los cinco minutos de partido Campazzo se resintió de una lesión en el tobillo que arrastraba desde los amistosos preparatorios al Mundial. Por suerte para el combinado nacional, el cordobés volvió al juego rápido y dirigió un triunfo albiceleste que se cerró más rápido de lo esperado, con la gran figura de Gabriel Deck, el goleador del juego con 17 puntos.

La victoria ante Venezuela permitió clasificar a cuartos de final. Pero antes de los choques mano a mano, el equipo de Hernández debió enfrentar a Polonia para definir el primer lugar del grupo y obtener un supuesto choque más accesible en la siguiente instancia. 

Además, era una buena prueba para enfrentara un equipo que llegaba invicto y mostraba un andar muy sólido en su paso por el torneo. Pero el elenco polaco no fue rival para Argentina. En ese partido, se prendió una chispa en el equipo albiceleste, que mostró su mejor versión y aplastó a su rival por 26 unidades de diferencia, con 21 puntos del inoxidable Luis Scola.

El premio por ser el primero del grupo fue enfrentar a Serbia, el principal candidato al título. Sorpresivamente, el equipo balcánico había caído en el último partido de su zona y aparecía en el horizonte argentino como un rival prácticamente imposible de vencer, ya que había ganado todos sus juegos anteriores por un promedio de 40 puntos de diferencia. 

Sin embargo, la chispa que se había despertado en Argentina contra Polonia se transformó en un fuego arrasador que se llevó puesto a Serbia. Durante los 40 minutos, el equipo nacional hizo un partido brillante y casi no cometió errores, para llevarse un histórico triunfo que quedará entre los más importantes de los libros del básquet nacional. Pese a que todo el plantel cumplió su rol a la perfección, el más destacado fue nuevamente Campazzo, que tuvo un partido consagratorio para avanzar a semifinales y meterse entre los cuatro mejores equipos del mundo.

Tras el batacazo ante Serbia, llegó el durísimo partido ante Francia, que también venía de dar un gran golpe al dejar afuera a Estados Unidos. El equipo galo ya había derrotado por casi 20 puntos a Argentina en un amistoso preparatorio para la Copa del Mundo y se presentaba como el candidato a avanzar a la final. 

Pero la Selección hizo un planteo defensivo excelente, y dejó en apenas 66 puntos a un equipo que promediaba casi 90 por juego. En ataque, el líder de la Selección fue, una vez más, Luis Scola, que con sus 39 años a cuestas anotó 28 puntos y capturó 13 rebotes, para seguir agigantando su leyenda con la camiseta argentina.

Ahora el capitán y todo el equipo albiceleste van por el primer lugar del Mundial, un sueño que le fue esquivo hasta a la Generación Dorada y solo se consiguió en 1950, en la primera Copa del Mundo de la historia. Al frente estará España, que ganó 14 de los últimos 15 partidos ante Argentina. 

Pero ésta es una Selección que no entiende de pronósticos adversos o rachas negativas, y sabe que el domingo a las 9, cuando la pelota esté en el aire, tendrá 40 minutos para obtener la medalla dorada y la gloria eterna en el básquet internacional.