Mosquera dijo que el auto a Cumplido fue un "favor personal"

Llegó uno de los días más esperados en el juicio por el asesinato policial de Valentino Blas Correas (17): la declaración como testigo del ahora exministro de Seguridad, el actual legislador Alfonso Mosquera. 

Desde que declaró en este mismo juicio el excomisario Gonzalo Cumplido, la expectativa por esta declaración se multiplicó luego de que el policía asegurara que en medio de su licencia forzada el entonces ministro le dio un auto Toyota Corolla. 

Desde ese momento, se tejieron toda clase de suspicacias, ya que el vehículo está a nombre de un empleado de rango menor del mismo ministerio, Mario Vicente Valverde. Nadie logró explicar cómo un auto de un empleado pasó a manos de un comisario con el ministro como intermediario. Y la respuesta que este jueves dio Mosquera ante el Tribunal lejos estuvo de despejar semejantes dudas: dijo que se trató de un "favor personal" de él hacia Cumplido (a quien antes, en declaraciones televisivas había destratado), que se enteró que a Valverde "le sobraba" un auto y decidió pedírselo prestado. Y agregó que a la nafta, al seguro y a los impuestos se los fue pagando él de su "propio" bolsillo.

Mientras Mosquera relataba esto, los rostros desencajados de los padres de Blas denostaban lo difícil que se hizo en toda la sala de audiencias poder digerir esta respuesta.

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Desde hace 15 días, el Tribunal viene recopilando diferentes documentaciones para intentar entender cuál ha sido el real origen de ese vehículo y qué uso se le fue dando en estos años.

Antes, Mosquera ya había dejado en una situación de difícil equilibrio a la actual jefa de Policía, Liliana Zarate (nombrada durante su gestión), ya que indicó que al momento del asesinato de Blas ella era la responsable, como entonces jefa de Recursos Humanos, de que aquella noche los policías Lucas Gómez y Javier Alarcón estuvieran trabajando, arma en mano, pese a tener otras causas penales aún pendientes y, en el caso de Alarcón, de no haber aprobado un test de tiro.

Gómez y Alarcón fueron los policías que dispararon contra el Fiat Argo en el que viajaban Blas y otros cuatro adolescentes.

"Siempre fui informado de que todo el personal policial que portaba un arma era idóneo y preparado", agregó Mosquera.

Otro apartado sobresaliente ocurrió cuando Mosquera indicó que el crimen de Blas se había tratado de un caso de "violencia institucional" y hasta lo comparó con lo que sucedía durante la última dictadura militar.

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