Elecciones en "El Xeneize"
09/12/2019 | 06:00 | El candidato opositor, que acompaña Juan Román Riquelme, obtuvo el 52,84% contra el 30,60% y terminó con 24 años de gestión desde la era Macri. José Beraldi logró el 16,41% de los votos.
Jorge Amor Ameal triunfó con el 52,84 por ciento de los votos en las elecciones realizadas en Boca Juniors, con el aporte fundamental de los votos que arrastró el ídolo Juan Román Riquelme para derrotar al oficialismo, y será el presidente del club de la Ribera por cuatro años.
Riquelme, uno de los máximos ídolos de la historia de Boca, fue el eje fundamental en la lista "Frente de Recuperación de la Identidad Xeneize", que reunió a más de diez agrupaciones opositoras que sumaron esfuerzos para quitarle el poder al oficialismo, por primera vez desde que Mauricio Macri ganó las elecciones en 1995.
En segundo lugar quedaba el candidato del oficialismo, Christian Gribaudo, con el 30,60%, mientras que José Beraldi se ubicaba último con el 16,8.
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Si bien se registraron algunos incidentes que despertaron quejas por parte de Riquelme, Ameal y Pergolini, como la caída del sistema y las demoras consiguientes en la votación hasta pasado el mediodía, la jornada electoral concluyó sin mayores problemas y rompió un récord de participación con el voto de 38.363 socios.
El recuerdo del talento de un ex futbolista que es tricampeón de la Copa Libertadores (2000, 2001 y 2007) y ganador de la Copa Intercontinental 2000, además otro lauro internacional y seis títulos nacionales, volcó el apoyo de un electorado que le dijo sí al ídolo y no a la continuidad de una administración que quedó presa de sus promesas: la esquiva Libertadores que nunca pudo ganar Boca con Angelici como presidente
Tras anunciar su integración como candidato a vocal en la lista encabezada por Ameal y el conductor radial Mario Pergolini, que no es lo mismo que un simple apoyo a un espacio opositor, sobre el límite del cierre de las listas, Riquelme se transformó en el eje de una campaña durísima que incluyó fuertes cruces entre todos los protagonistas.
En ese contexto, mientras Angelici y Juan Carlos Crespi, candidato a vice de Gribaudo, cargaban contra Riquelme en primer lugar y también contra Ameal, con fuertes respuestas de ambos opositores, Beraldi se sumaba a las críticas contra el ex futbolista y coincidía con el oficialismo en ese punto. Esas coincidencias fueron tal vez la clave para que entre ambos se sacaran votos en beneficio de la lista que finalmente triunfó.
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Así, Ameal vuelve a ser presidente de Boca, cargo que ocupó entre fines de 2008 y diciembre de 2011, cuando sucedió en el cargo al fallecido Pedro Pompilio.
Desde antes de las 9 de la mañana, una multitud se agolpó en las adyacencias de la Bombonera, en donde sobre las vías paralelas a las calle Irala fue instalada una larga carpa para albergar a las 143 mesas habilitadas para un padrón de 84.004 autorizados.
Las elecciones en Boca tuvieron este año un alto grado de politización, como para darle la razón a aquella frase de Alberto J. Armando, histórico presidente boquense: "En este país hay tres puestos que te dan poder e importancia, el de presidente de la Nación, el de ministro de Economía y el de presidente de Boca".
En esa línea, Riquelme salió a pelearle el poder a lo que se conoce como "macrismo" precisamente porque Mauricio Macri se lanzó a la política tras los triunfos deportivos que Boca logró bajo su presidencia, especialmente entre 2000 y 2007, con seis títulos internacionales y otra media docena de campeonatos locales.
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Boca, entonces, fue el lugar elegido para que distintos dirigentes del Pro gestionaran antes de pasar a la función pública, tanto en el gobierno de la Ciudad de Buenos Aires como a nivel nacional cuando Macri asumió como Presidente en diciembre de 2015.
Tras la dura derrota electoral del 27 de octubre a manos del peronista Alberto Fernández (el mismo espacio al que pertenece Ameal), Macri sufre ahora la pérdida del poder en el club en el cual comenzó su lanzamiento a la política nacional.
Pero la sequía en títulos internacionales y el estigma de los triunfos de River en la era Marcelo Gallardo, que eliminó a Boca en varios cruces directos, mellaron las posibilidades del oficialismo.