Franco Tenaglia, el argentino con una vida de película.

La vida en un ring

Franco Tenaglia: el campeón del mundo argentino que peleó para la mafia albanesa

19/10/2024 | 08:10

"El rey de la calle" se fue a Europa a los 18 años para especializarse en Artes Marciales Mixtas, convivió con el crimen, terminó preso y una nueva oportunidad lo llevó a lo más alto.

Redacción Cadena 3

Martín Bonansea

Franco Tenaglia tenía 18 años y ya practicaba artes marciales, pero estaba cansado de hacer “trabajos” para la barra brava de Burzaco. La zona era complicada y la pobreza inundaba todo. Buscaba ser peleador en la UFC, sabía pelear, lo hacía bien, practicaba boxeo, kickboxing y karate, pero en el conurbano estaba destinado a morir joven. Fue así como partió al viejo continente, con muy poca plata en el bolsillo y lleno de ilusiones.

Primero fue Nueva Zelanda; allí se podía especializar en las MMA, pero no pudo entrar, no tenía visa ni papeles en regla. En el aeropuerto decidió partir a España, donde llegó a probar suerte. El hambre lo azotaba más que en Argentina, no podía establecerse. Se fue a Reino Unido y vivió en las calles, comenzó a pelear, primero para sobrevivir y después por dinero.

Un día conoció a dos británicos en un hostel, tuvieron un problema con un colombiano por una vieja deuda y él los defendió. La casualidad, el destino o solo la suerte, hizo que en agradecimiento, los británicos le pidieran que los cuidara en un recorrido por España. El padre de uno de ellos era promotor de boxeo sin guantes, algo que cambiaría su vida.

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La mafia albanesa

No pasó mucho tiempo hasta que lo vio pelear alguien de la mafia albanesa y lo captó. Era reconocido en Cardiff, Gales. Era el peleador que nunca perdía, y sobre todo el que no le tenía miedo a nada. Las peleas clandestinas eran el gran negocio de las apuestas, y el “pibito” latino posiblemente podía sobrevivir. No había reglas, ni mucho menos protección; se peleaba sobre piso de cemento sin guantes y valía todo.

Franco era liviano de contextura y muy joven, lo hacían luchar contra gigantes más experimentados. Le ganó a todos, los tumbaba como si fueran muñecos y no tardó en ser el “Rey de la calle”.

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El joven sensación de la mafia pasó a ser uno de los favoritos de la organización delictiva, así que además de hacerlo pelear cada vez más seguido, también lo usaban como soldado para distintas tareas, como cobrar deudas y cuidar campos de cultivo.

“El Rey de la calle” peleaba en containers ubicados en las montañas de los países de Europa del Este, como Polonia o Rumania. Eran batallas sin ningún límite, donde la muerte ocurría seguido y quedaba oculta en la oscuridad del negocio de las apuestas ilegales.

En esos lugares se realiza el evento llamado “King of the streets” (Reyes de la calle), que tiene más de un millón de suscriptores en YouTube. Los peleadores llegan con los ojos vendados para no conocer la ubicación del lugar. Son pocos asistentes de mucho poder y dinero que suelen emborracharse y drogarse mientras apuestan.

En una entrevista con un medio español, Tenaglia contó que hacen contiendas de estilo “extrema derecha” contra “extrema izquierda”, o “nazis” contra “antinazis”. Relató que "hay guardias enmascarados con armas de guerra como las AK-47 y en caso de disturbios durante el evento, estos mismos guardias están autorizados a matar".

Una pelea fue muy difícil: la ganó, pero terminó con la mandíbula y un brazo fracturado. El tiempo de recuperación iba a ser largo, ya nadie lo ayudó, porque si no peleaba no servía. Comenzó a  vender drogas en la calle para sustentarse.

El presidio y el cambio de mentalidad

La cercanía de Franco con el mundo del crimen lo expuso, además era reconocido. Vivir con la adrenalina y el vértigo con el que lo hacía el argentino, lo iban a llevar a dos caminos: terminaba en la cárcel o moría.

Después de sobrevivir milagrosamente a una puñalada y de una camioneta que lo atropelló adrede para eliminarlo, terminó preso en Frankfurt, Alemania. Ese fue el freno obligado a una vida que parecía un videojuego ultra violento.

Le tocaron compañeros de celda que lo ayudaron a sobrellevar la estadía, era un tipo rudo por lo que nadie lo molestaba, pero el encierro cambió la manera de ver las cosas y lo puso de frente al objetivo por el que fue a Europa. Él quería ser un campeón de elite.

Bare Knucke Fighting Championship (Boxeo sin guantes)

Franco logró incorporarse y ser un peleador respetado en la UFC, pero todo dio un giro cuando un promotor vio algo único en Tenaglia: era un peleador callejero con talento y sin miedo. Algo en que en esta nueva modalidad, la Bare Knuckle, donde uno de sus patrocinadores es Conor McGregor, era muy valorado y buscado.

Franco Tenaglia se convirtió en la sensación de esta modalidad de combate, para muchos brutal. Los defensores de la KBFC aseguran que los golpes a puño limpio provocan menos secuelas a largo plazo. Afirman que los guantes solo cuidan las manos y alargan las peleas, pero aumentan la cantidad de golpes internos en las cabezas de los boxeadores.

El “Rey de las calles” que se convirtió en campeón del mundo

Franco Tenaglia en abril de este año se convirtió en el campeón de Europa representando a España, porque tiene nacionalidad española e italiana. Faltaba el mayor desafío, el que esperó toda su vida y quería para lograr su objetivo de ser el mejor. "El Rey de la calle" quería ser campeón del mundo y este sábado 12 de octubre en Marbella, España, tuvo su oportunidad en una guerra de sangre.

El rival era el peligroso estadounidense Tony “El Loco” Soto, que prometió devolver el título de la BKFC a Estados Unidos. Franco, como siempre, no tenía miedo, pero sabía que las oportunidades no sobran y debía dejar todo. Lo hizo.

En el primer round derribó a Soto en una tromba de golpes, pero en el segundo se rompió la mano, el dolor era insostenible. En ese momento recordó las necesidades de su madre docente de primaria que hacía lo posible para que coman, a sus amigos de Burzaco que murieron en la calle, los días que sobrevivía en Gales con un huevo y un poco de atún.

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Luchó y pegó todo lo que pudo, también recibió infinidad de golpes, tal vez casi la misma cantidad que le dio la vida. La entereza y el valor de los peleadores, conmovió a todos. El triunfo de Franco Tenaglia fue reconocido y el argentino se convirtió en el nuevo campeón del mundo.

No fue en Las Vegas, y lo hizo en un deporte cuestionado y prohibido en muchos lugares del mundo, pero Franco Tenaglia no conoce de leyes, no conoce de límites y solo sabe que sus puños siempre le salvaron la vida y en esta ocasión, con 28 años, 10 años después de que dejó Burzaco, lo llevaron a lo más alto del planeta.

Informe de Martín Bonansea.

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