Para analista, la militancia de base y funcionarios explica triunfo de Passerini

Para el triunfo de Daniel Passerini en la capital cordobesa, fue determinante, más allá de la parafernalia tecnológica, la militancia de base y de los funcionarios de los estados provincial y municipal, como no se había visto en otras elecciones.

Esa actitud de Martín Llaryora y Daniel Passerini sacaron adelante una victoria, cuando, 20 días antes, las encuestas daban una derrota por los mismos valores.

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Al contrario de lo que ocurría en el viejo artilugio de José Manuel de la Sota y Juan Schiaretti, que consistía en una alianza entre el interior productivo y la capital, acá se ha visto una preeminencia de la capital en el apoyo a Llaryora y Passerini.

Se premió una gestión en la capital que fue ordenada y disruptiva respecto de las anteriores. Hubo una clara voluntad de Llaryora de hacer una gestión de primer nivel con proyección de futuro.

Algo novedoso fue la baja participación, que Hacemos Unidos por Córdoba usó hábilmente.

La militancia de base, más la de los funcionarios, y la baja participación fueron las claves de la victoria de Passerini.

Rodrigo de Loredo tuvo una picardía (de reconocer rápido la derrota), que lo deja bien posicionado.

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Se produjo la consolidación del liderazgo de Martín Llaryora y el trasvase generacional.

Córdoba volverá a ser relevante en el ámbito nacional. Los dirigentes cordobeses van a venderse caros en función de los intereses de la provincia.

Entrevista de "Informados, al regreso".