Turismo

Un viaje en el tiempo a San Esteban: la joya escondida del Valle de Punilla

14/03/2025 | 23:43

El intendente de la localidad, Juan Guevara, habló con Cadena 3 sobre los secretos de un lugar ideal para conocer en familia y descubrir toda su historia.

Redacción Cadena 3

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Un viaje en el tiempo a San Esteban: la joya escondida del Valle de Punilla

Si este fin de semana no sabe qué hacer, agarre el mate, unas facturas, suba a la familia al auto y ponga rumbo a San Esteban, un rincón del Valle de Punilla que, a tan solo una hora y cuarto de Córdoba capital, promete sorprenderlo. Así lo asegura Juan Guevara, el joven intendente de 39 años de esta localidad, quien habló con Cadena 3 y no escatimó en entusiasmo al invitar a los oyentes a descubrir un lugar que, según sus propias palabras, “parece detenido en el tiempo”.

San Esteban, ubicado a 100 kilómetros de Córdoba por la flamante Autovía Nueva, está estratégicamente posicionado en el corazón de Punilla Norte, entre Capilla del Monte y La Cumbre, a un paso de Los Cocos y a media hora de Cosquín. “Estamos cerca de todo”, afirmó Guevar con orgullo, y no exagera: desde el kilómetro 75 de la Ruta Nacional 38, este pueblo se convierte en el punto de partida ideal para explorar la región. 

Pero lo que realmente hace especial a San Esteban no es solo su ubicación, sino un pequeño paraje dentro de sus límites: Dolores, un tesoro histórico que guarda historias, arquitectura y paisajes que trasladan a otra época.

Dolores: Donde el Pasado Cobra Vida

A solo dos kilómetros al norte de la entrada principal de San Esteban, en el kilómetro 77 y medio de la Ruta 38, se encuentra Dolores. Más que un simple barrio, este paraje es una cápsula del tiempo que precede a las localidades vecinas y que lleva el nombre de la antigua pedanía que abarca desde La Falda hacia el norte. Aquí, en un radio de apenas una manzana, conviven reliquias históricas que el intendente describió con pasión: “Es una vuelta a la manzana donde uno se traslada en el tiempo”.

El protagonista indiscutible de Dolores es el molino histórico Hércules, una estructura imponente que, según la leyenda, habría sido diseñada por el mismísimo Gustave Eiffel. 

Aunque fue montado por la empresa argentina Zaglio, este molino —único en su tipo en el país— combina perfilería de acero alemán y americano, ensamblada con bulones y remaches en frío. 

Restaurado estéticamente en los últimos años, hoy permite a los visitantes subir a sus primeros dos niveles durante visitas guiadas. “Falta montar la rueda, de cinco metros de diámetro, que estará exhibida abajo para que se aprecie su magnitud”, explica Juan, quien no oculta su entusiasmo por este ícono de la tecnología de antaño.

A pocos pasos del molino, la casa Flor de Durazno añade un toque de glamour histórico. En 1917, Carlos Gardel filmó allí su primera película, titulada igual que la casona, hoy propiedad de la familia de la periodista Mercedes Ninsi, una vecina querida en el pueblo. 

Frente a ella, una pequeña plazoleta abraza la capilla histórica, un oratorio del siglo XVIII convertido en iglesia, que este fin de semana vibra con un concierto de guitarras a cargo de Laura dos Santos y Mirta Álvarez. Y a la vuelta, la casa San Sebastián, antigua residencia de la familia del gobernador cordobés Ambrosio Olmos, completa este circuito histórico. Aunque esta casona, donada al Estado Nacional y hoy en lamentable abandono, espera un milagro para convertirse en museo, su sola presencia evoca la grandeza de principios del siglo XX.

Un Pueblo con Alma y Resiliencia

San Esteban, con sus 1800 habitantes, no es solo un destino para nostálgicos. Es un pueblo vivo, que late con la fuerza de su gente y su naturaleza. A pesar de los incendios devastadores de septiembre pasado, que dejaron al descubierto vestigios arqueológicos de los primeros asentamientos de la región, la comunidad se puso de pie con solidaridad y unión. “Dentro de lo malo, vemos lo bueno”, reflexionó el intendente, destacando cómo el fuego reveló una historia oculta bajo el monte: restos de ranchos y corrales que datan de la época del Virreinato, cuando Dolores era una posta de mulas en uno de los caminos reales de la provincia.

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El río de San Esteban, con su costanera bien cuidada, atrae a quienes buscan un día de relax, aunque las plazas hoteleras escasean tras la pandemia, ya que muchas viviendas turísticas pasaron a ser residencias permanentes. Sin embargo, la apuesta del jefe comunal es clara: “Queremos que vengan, que recorran, que descubran y que lo hagan conocer. Vale la pena”.

Una Invitación Irresistible

Este fin de semana, San Esteban tiene una agenda especial para tentar a los visitantes. Desde este jueves y hasta el domingo, el Primer Festival Internacional del Guitarrero reúne a los mejores luthiers del país, con la participación de la Escuela de Lutería de Tucumán y una muestra de instrumentos que culminará con el sorteo de una guitarra. “Es un festival distinto, de primer nivel artístico y cultural”, prometió el intendente, quien vive en Dolores y conoce cada rincón de su pueblo desde que llegó con apenas diez meses de vida.

Entrevista de Turno Noche.

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