Autos e historias
08/05/2020 | 07:50 | El "Lole" disputa mano a mano el Campeonato Europeo de F2 con Peterson, Cevert y Schenken. Gana su primera carrera internacional. Es subcampeón. Y firma su contrato con Brabham para ser piloto de F1.
Después de su exitoso debut con podio en el GP de Argentina de 1971 -sin puntaje-, solo faltaba que Carlos Alberto Reutemann le pusiera "el moño" a su búsqueda por un lugar en la Fórmula 1.
La brillante temporada de F2 Europea, donde se consagró subcampeón, ganó su primera carrera internacional y consolidó un tremendo prestigio entre pares y equipos, fue el perfecto cierre de esta epopeya que titulamos "el impresionante camino de Reutemann hacia la F1" y nos ha gustado tanto desglosar en estos capítulos. Veamos como fue.
Con el cordobés Carlos Ruesch incorporado como segundo piloto y el material de competición puesto a nuevo, el equipo del A.C.A. comenzó el año con los BT30, a la espera que Brabham les entregue los BT36 adquiridos que ya usaba su equipo oficial -el Rondell Racing, con Tim Schenken y Graham Hill-.
En marzo, Reutemann es 10° en el inicio del calendario, sin puntos, en Mallory Park, Inglaterra. En Hockenheim es 3°-siempre tiene un premio para él-. "Lo felicito -le dice el legendario Graham Hill, bajando del podio- jamás he visto evolucionar tanto a un piloto en un año como lo ha hecho usted". ¿Qué tal? Pavada de elogio. De los que sirven para saber que uno va en la senda del medio.
A la semana siguiente en Thruxton, Inglaterra, es 8°. A fines de abril, es 7° en Pau -sin puntos- disfruta la lucha cerradísima con grandes pilotos como Peterson, Cevert, Beltoise, Schenken, Hill, Jabouille y Fittipaldi. Venía 3° y a cinco vueltas de la bandera se quedó con la palanca de cambios en la mano, clavado en tercera.
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Una semana después, Nürburgring le da otro premio, es 3° entre los cuarenta mejores de la división presentes. A mediados de mayo en Jarama -Madrid- también es 3° con 48 autos participando. Fue al podio con Emerson Fittipaldi y Dietter Quester. Se llevó los puntos del 2° puesto, ya que el brasileño -como piloto graduado- no sumaba. El premio se lo entregó el rey, Juan Carlos de Borbón y se ponía segundo en el campeonato a cuatro puntos de Francoise Cevert -Tecno-.
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Quince días más tarde la cita es la singular y pequeña pista inglesa de Crystal Palace con 58 autos presentes y termina 5°. Queda a solo un punto de Cevert en la tabla de puntos. Gana el australiano Schenken con el Brabham oficial, que se prende en la lucha del torneo.
El plan está dando resultados. "Voy a salir a buscar la punta en las carreras sin puntaje y a cuidar en las que pueda conseguir puntos", comenta Reutemann sobre su estrategia de campeonato. Sin embargo, dos ítems fuera de su control -motor y chasis- van a poner al equipo argentino en una meseta difícil de gestionar y superar.
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Los pobres rendimientos en las dos carreras italianas siguientes -Vallelunga 6° y Monza 13°-, sin puntos, evidencian la merma de los motores que les atiende Charles Lucas, cuya empresa quiebra y no puede sostener la calidad del servicio que le presta a la "Misión Argentina". Brabham tampoco les entrega aún los nuevos chasis y también allí están resignando tiempo de vuelta.
Para que todo esto se agrave, a pesar de que Reutemann toma la previsión de encargarle un motor a los hermanos Pedrazzani de Novamotor para correr en la carrera puntuable de Rouen -Francia-, y marcha 3° en la final que domina Peterson; se le corta un resorte en la inyección y debe hacer difíciles maniobras para desacelerar. Llega 5° pero lo descalifican por cortar una chicana.
Ronnie Peterson -que también viene 2° en el mundial de F1- ha conectado su momento. El sueco oficial de March pegará cinco victorias seguidas y se convertirá en el hombre a batir del torneo.
En la vuelta de la actividad a fines de julio en Imola -sin puntaje-, ya con el BT36, clasifica 5° y abandona por una rotura de una biela. Se repondrá en Mantorp Park -Suecia- con un 3° puesto, detrás de Peterson y Schenken. A la semana siguiente, también en Suecia -Kinnekulering- es 2° detrás del local. Ese fin de semana es cuando su nombre comienza a sonar para ocupar un lugar en el equipo Brabham de F1 en 1972.
El equipo ya usa los motores de Novamotor y los nuevos chasis les han asentado. Reutemann es 3° corriendo por primera vez en el circuito inglés Brands Hatch -sin puntos-. Le viene puntualmente bien el entrenamiento en esa pista, por algo que ocurrirá al final de la temporada.
A esa altura, el torneo tiene cuatro contendientes: Peterson, Reutemann, Schenken y Cevert. Las presiones desde Argentina para ser campeón no se hacen esperar. Sin embargo, Reutemann es claro: "Yo tengo mi posición perfectamente tomada. No puedo competir en igualdad de condiciones de conjunto hombre-auto frente a Peterson -March- o Cevert -Tecno- que tienen detrás de sí todo el apoyo de las fábricas".
El preparador exclusivo del motor de Peterson en F2 es Brian Hart, el mismo de los motores de Jochen Rindt y Jackie Stewart.
Cauteloso, sabiendo que desde el país muchas veces se tiende a exigir lo imposible, agrega: "No puedo ir a la lucha frontal con ellos. Yo haré mi carrera pensando que lo importante para mi es el resultado final del campeonato y no cada carrera en particular. Para mí ya es un gran resultado salir segundo. Veremos."
Sobre las pistas que le quedan a la definición, declara: "Tulln, en Austria, me gusta mucho, es veloz. Albi, en Francia, no lo conozco, aunque sé que es veloz. Y en Vallelunga, me tengo fe."
Pero el "Lole" abandona en Tulln Langenlebarn -embrague-, donde Peterson cierra la quinta victoria al hilo. Y cuando todo parece perdido, su resurrección se dá con lo que tal vez sea la carrera de su vida, en Albi -Francia-. Allí, hace la pole delante de Peterson. Pica en punta pero luego -sintiéndose superior- deja que el sueco haga el gasto y lo escolta expectante. En el trámite de la vuelta 3, pincha una goma y debe entrar a boxes a cambiarla.
Su auto era tan formidable que le permitió recuperar la vuelta perdida con Fittipaldi y colocarse en el 2° puesto al final de la carrera. Peterson que también paró en boxes con una falla, recupera y se pone 4°.
"Estoy muy contento por haber ganado la carrera -dijo su amigo Emerson Fittipaldi en el podio-, pero felicito a Carlos, él, más que nadie merece esta victoria".
Sin poder creerlo, el argentino se llevaba los nueve puntos del primer puesto y relataba así su más fantástica actuación en F2 tras la parada en boxes donde perdió una vuelta y media: "Pensé que ya no había ninguna posibilidad y salí a hacer un entrenamiento apurado. Luego ví que pasaba autos en cantidad, desde el box me avisaron la situación y apuré cada vez más. A Fittipaldi lo pasé como parado y me dí cuenta que nadie podía llevar mi ritmo. Por eso pienso que este segundo puesto es mi mejor carrera, porque es algo imposible descontar tanta ventaja por más que la carrera venga bien barajada. Todo salió bien al final. Lástima que no pudimos seguir desde el principio con Peterson porque hoy estoy seguro que estaba para cualquier cosa."
Ahora, estaba a nueve puntos de Ronnie en el torneo con dos carreras por correr en semanas consecutivas en el romano Vallelunga, en octubre.
Para llegar más entonado, en la semana previa vence en una carrera sin puntos en Hockenheim. Su primera victoria europea en un circuito que siempre le resultó especial. La definición del título europeo de F2 entre Peterson y Reutemann en Vallelunga sería la primera carrera transmitida vía satélite en la historia de la TV argentina.
Pero en la cita definitiva, el Gran Premio de Roma del 10 de octubre, una decisión del equipo -de la cúpula del Automóvil Club Argentino- le manda asegurar el subcampeonato como único objetivo y Reutemann obedece, como correspondía.
Fue ese año la primera temporada en la que comenzaron a utilizarse los neumáticos slicks. Los habituales de la F2 todavía tenían dibujo. Las gomas lisas eran más rápidas pero no se consideraban del todo confiables aún. El santafesino pinchó cuatro neumáticos slick clasificando. Largaba 5°, en la grilla justo detrás de Peterson (3°), la pole era de Fittipaldi que no sumaba.
En una decisión en la que no solo intervino el director del Equipo A.C.A. -Héctor Staffa- sino que se consultó con las más altas esferas del club, se le indicó al piloto como objetivo principal sumar los dos puntos que aseguraban el subcampeonato y colocar los neumáticos más seguros posible con ese fin. Así, en la carrera, Reutemann fue el único auto calzado con las Firestone con dibujo y fue 5°, como se le pidió.
Los periodistas no lo pudieron encontrar, después de la carrera. Ni bien terminada, partió hacia Inglaterra. Alan Fenn -del equipo oficial Brabham- señaló que el problemas de cinco pinchaduras no estaba relacionado con el compuesto de las gomas slicks (como creyó el equipo argentino) sino con el uso de mucha "comba" en la puesta a punto. Ellos, lo habían detectado, pusieron las ruedas más rectas para la carrera y corrieron sin problema con los neumáticos lisos. El team argentino, no.
A los siete días, en la misma pista italiana, se corrió la última carrera del año y la primera de la "Copa Dos Mundos" -un certamen de cinco carreras; con tres pruebas más en Brasil y una en Córdoba, Argentina, del que Lole será campeón-. Reutemann clasificó 2°, pero abandonó cuando marchaba 3° en carrera y se desconectó un cable del distribuidor.
Ni ese hecho podía borrarle la sonrisa. En su viaje a Inglaterra había confirmado su contrato con Brabham para correr el Campeonato Mundial de Conductores 1972 y todas las carreras no puntuables con un F1. También, estaría la semana siguiente corriendo un BT33 en la "Victory Race" de Brands Hatch que homenajeaba a Jackie Stewart y Ken Tyrrell por sus nuevos títulos mundiales.
"¿Te das cuenta de lo que es esto? —reflexionaba un rato antes de la carrera de F1 en Inglaterra—. Yo estoy seguro de que en la Argentina hay poca gente que sabe lo que significa estar en Fórmula 1. Yo sé que hay quienes me critican porque dicen que me falta garra, pero te puedo asegurar que cuando puedo jugármela, me la juego. Este año tuvimos que cumplir un objetivo y no puedo desobedecer las órdenes del equipo. De todas maneras, pienso que lo hecho es muy importante. Fijate vos que hoy tengo un Fórmula 1 y no porque lo haya pagado, sino porque me lo dieron".
Con acierto, el mismo artículo que cuenta el detalle, agrega: "y en todo momento, la sonrisa, esa sonrisa que desde la semana pasada parece haberse convertido en compañera inseparable de este santafesino que hace apenas dos años llegó a Europa dispuesto a llevarse el mundo por delante, pero que rápidamente comprendió que el camino era otro; el del método, el de la regularidad."
"¿Sabes por qué estoy tan contento? -les completa Reutemann a los periodistas de "Automundo"- Porque el auto me lo gané en sólo dos años de correr acá. ¿Sabés lo que representa eso para mí?"
Por si alguien se quedó pensando -equivocadamente- que al argentino le faltó algo en la pelea por el título de F2 Europea, la palabra del director deportivo de March -el equipo campeón y rival-, Alan Rees, pone todo en su lugar: "Reutemann es un piloto que anda muy fuerte y si lo comparamos con Ronnie Peterson siempre sale bien parado. Nosotros estuvimos probando el March de F2 antes de que comience la temporada en Sudáfrica. Hicimos 8 mil millas con el auto y por supuesto lo manejó siempre Peterson. Para él fue un entrenamiento muy importante porque lo ayudó a conocer a fondo el auto. En cambio, Reutemann a las 8 mil millas las debe haber logrado recién cuando terminó la temporada. Peterson empezó el año con un entrenamiento muy grande y Reutemann no."
El rubio de "Manucho", el que se acostaba temprano, el que vieron "distinto" los hermanos Grossi de Santa Fe, el que no tomaba ni fumaba, el que antes de descansar en el hotel salía a recorrer los primeros kilómetros de la etapa siguiente del Gran Premio, el que no buscaba al público de aplauso fácil, había hecho un recorrido mucho más impresionante que cualquiera de los que se considerara hasta entonces como un ídolo dentro de nuestro deporte, debajo de Fangio.
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En los diez años siguientes de su carrera de F1, le va a pasar muchas veces estar sentado en el mejor auto de carreras del planeta. Algo que en nuestro país solo han experimentado con él, el gran balcarceño y alguna vez Froilán González.
Si nuestro podio tiene el sitial más alto reservado para el "quíntuple", ninguna otra figura que no sea la de Carlos Alberto Reutemann, puede pararse con laureles y champán a su derecha.
Cadena 3 Motor -agradecimiento especial al querido Alejandro de Brito por las fotografías del viejor archivo "Corsa" y a todas las publicaciones consultadas para esta nota. Fuentes: miniauto, revista automundo, gran premio online, wikipedia, carlos-reutemann.com.ar, revista corsa, wikipedia, the-fastlane.co.uk y Alejandro de Brito/@Jadb1