Atraparon al hombre que acosaba niñas y adolescentes en Córdoba

La Policía detuvo este miércoles a Facundo Ceferino Rodríguez, un hombre de 47 años que era intensamente buscado en Córdoba por amenazas calificadas.

La historia suena tan absurda como grave. Se trata de un acosador de niñas y adolescentes que fue inicialmente fue atrapado y luego quedó en libertad. En ese lapso, los denunciantes debieron vivir con un policía parado en la puerta de su casa.

Finalmente, el sujeto fue encontrado y detenido este miércoles en la intersección de La Rioja y Zipoli, en el barrio Siburu de la ciudad de Córdoba.

Cómo fue el caso

Se trata de un hecho que ha generado mucho más que preocupación en una vasta zona del noroeste de la ciudad de Córdoba, sobre todo entre los barrios Bajo Palermo, Cerro de las Rosas y Urca. Un sector que comprende a por lo menos cuatro colegios.

Es en esta zona por la que desde hace varios días se movía Rodríguez, una persona que tocaba el timbre de los vecinos y ofrecía barrer la vereda, cortar el césped o directamente pedía un vaso de agua fresca o algo de comer. Los han descripto como un hombre de unos 47 años, en un evidente estado de dejadez.

Hace dos semanas, un martes, tocó el timbre en una vivienda. Lo atendió una niña de sólo 11 años, a la que le pidió un vaso de agua. Luego de devolver el vaso, el hombre se marchó. Y sin que lo vieran, regresó y dejó una carta en el buzón. Escrita de puño y letra, su contenido era irreproducible: contaba cómo pensaba violar a la niña.

Su madre cuando encontró la carta, no podía creer lo sucedido. Fueron a la unidad judicial 18, pero allí le respondieron que no podían tomarle una denuncia penal, que acaso estaban ante una contravención. 

En el grupo de madres y padres de uno de los colegios, comenzaron a viralizar lo sucedido. Dos días después, el jueves, el sospechoso fue advertido en las inmediaciones de una de las escuelas. Llamaron a la Policía y lo introdujeron en un patrullero.

A la madre que había intentado denunciar le avisaron que lo habían atrapado. Y los policías le pidieron que los acompañara al Polo de la Mujer, para dejar todo asentado.

Lo que ocurrió allí, según el relato de la mujer, es insólito: tras permanecer largas horas, los funcionarios judiciales ordenaron que el hombre sea liberado de inmediato. "Casi dejan presa a la chica policía que lo había detenido", denuncia ahora la madre.

Le dijeron que no había causa para ordenar su detención. Mientras la mujer y la policía se miraban incrédulas, el depravado volvía a la calle. Casi de manera simultánea, dejaba una segunda carta en el buzón de la familia, también prometiendo violar a la niña. Y hasta le escribía otra amenaza en una pared.

Cuando la indignación de los vecinos del sector comenzó a aumentar, ante la inacción judicial, alguien reaccionó. Se ordenó imputar al depravado, pero desde entonces no lo encontraban. Durante todo el fin de semana hubo policías buscándolo. Sabían que es adicto, que no tenía casa fija y que era un verdadero peligro social. 

Desde la primera viralización en los grupos de WhatsApp, otras alumnas de la zona se han animado a contarles a sus padres que este mismo depravado las acosó y las violentó en las últimas semanas. Que las abusó con tocamientos y que las persiguió.

La familia que lo denunció tuvo custodia policial hasta que Rodríguez fue detenido.

Mientras tanto, a nivel judicial nadie esboza ni un pequeño intento de autocrítica.