Justicia de Córdoba
22/06/2022 | 11:11 | Salió hace pocos días de la cárcel, tras estar siete años preso. Su ex lo denunció este fin de semana porque asegura que volvió a llamarla con insistencia. Le colocaron una tobillera.
Redacción Cadena 3
Juan Federico
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Pucho Roqué, el acosador serial, volvió a ser denunciado
Sebastián Guillermo "Pucho" Roqué es conocido, tanto en los Tribunales de Córdoba como en la misma Policía, como "el acosador serial". Este hombre que hoy tiene 46 años viene acumulando acusaciones desde hace dos décadas, siempre por lo mismo: acosar a mujeres con las que en algún momento tuvo alguna relación sentimental.
Su situación terminó por convertirse en un caso singular dentro de la Justicia cordobesa, ya que durante años fue considerado inimputable, por lo que era ingresado durante un breve tiempo en un centro de salud mental y luego regresaba a su casa. Y, casi de manera simultánea, a los acosos sistemáticos.
Incluso, en una ocasión se escapó del neuropsiquiátrico en el que había sido internado.
Fue el fiscal de Violencia Familiar, Cristian Griffi, el que resolvió, a partir de nuevos peritajes, imputar a Roqué, en 2015, momento en el que también se dictaminó su encierro en una cárcel común.
Una expareja, madre de un hijo en común con él, había sufrido su hostigamiento sistemático durante años. Llamadas a toda hora, amenazas, apariciones imprevistas, fueron el combo de situaciones que le dieron forma al expediente que terminó en su primera condena penal.
Un acoso sistemático que terminó por dañar la salud psíquica de la joven.
Fue sentenciado a cumplir una pena de cuatro años y ocho meses de prisión. De la cárcel de Bouwer lo trasladaron al penal de Cruz del Eje.
Pero las rejas no alcanzaron para que dejara de hostigar a la joven. A través del teléfono de la penitenciaría, la intentó llamar en más de 80 ocasiones, a ella y a otros familiares, por lo que recibió una segunda condena en 2019.
/Inicio Código Embebido/
/Fin Código Embebido/
Al momento de la última palabra, frente al Tribunal, Roqué dijo que él no tenía que pedir disculpas por nada y negó cualquier responsabilidad.
En total, las penas se unificaron en siete años de prisión. Sentencia que acaba de cumplir.
En Cruz del Eje continuó utilizando el teléfono. Llamaba a la fiscalía con insistencia. Hasta que retornó a Bouwer, donde se hizo fuerte adentro del pabellón. Locuaz, entrador, inteligente, terminó por convertirse en un referente entre los presos, a los que asesoraba en diferentes cuestiones legales, según contaron fuentes del Servicio Penitenciario. Hasta que terminó de cumplir su pena.
Roqué regresó a la libertad el lunes de la semana pasada. Y el fin de semana último, la desesperación le ganó a su expareja. Acudió al Polo de la Mujer solicitando auxilio: su teléfono había comenzado a sonar de nuevo con una insistencia inusitada. Más de 200 mensajes en sólo minutos.
La mujer recibió un botón antipánico pero los policías se toparon con un problema que causó gran preocupación: no lograban localizar a Roqué. Ante esto, fue necesario asignarle una consigna policial a la joven.
Hasta que finalmente Roqué fue hallado y se dispuso que, de manera preventiva, se le colocara una tobillera electrónica, con la idea de monitorear sus movimientos e intentar evitar, así, que se pueda acercar físicamente a la mujer.
A todo esto, la situación vuelve a poner en discusión el abordaje a los pacientes con patologías de salud mental en Córdoba y en el país.
Hasta ahora, la historia del acosador serial asoma como circular: Roqué acosa a las mujeres, es denunciado, interviene la Justicia, se analiza si es imputable o no (si es consciente del daño que genera) y se lo interna o manda a la cárcel... hasta que vuelve a la calle.
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