Gabriela Pérez, la víctima.
Posteo de Carlos Pacheco junto a "Luisito" Mendoza y "Petaca" Vallejos (Captura).
Luis Mendoza, de rojo, en el centro de la foto. Junto a los bombos de La Fiel. (IG)
Detuvieron a un nuevo sospechoso por el crimen de Gabriela Pérez (Foto: archivo).

Homicidio en Córdoba

El llamativo nivel de vida del barra detenido por el crimen de Soelsac

06/12/2024 | 09:47

"Petaca" Vallejos, vinculado a una facción de "La Fiel", fue capturado cuando llegaba en una valiosa camioneta. Tenía encima una considerable suma en dólares. 

Redacción Cadena 3

Juan Federico

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Crimen de Gabriela Pérez: a 15 meses del asesinato, hay un nuevo detenido

Desde la semana pasada, Adrián "Petaca" Vallejos pasa sus días en una celda. Policías de la división Homicidios lograron capturarlo cuando llegaba a su casa de la zona sur de la ciudad de Córdoba al volente de una camioneta Toyota SW4. En su billetera, tenía 3.000 dólares, según quedó asentado en la planilla de su detención.

La fiscal Silvana Fernández lo acusa como partícipe necesario del homicidio de Gabriela Pérez (24), la joven empleada que el sábado 9 de septiembre del año pasado murió al quedar en medio de un atentado a tiros contra el club Yapeyú, del barrio homónimo, donde el secretario general del gremio de la limpieza, Sergio Fittipaldi, ofrecía un asado.

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Todo se desarrollaba en medio de una intensa puja electoral contra una lista formada por Franco Saillén, del gremio de la basura (Surrbac).

Aquella tarde, Gabriela no tenía ganas de ir a aquel asado. Pero, contarían después sus hermanas, sabía que estaba obligada a asistir. La presencia allí formaba parte de los códigos no escritos para permanecer dentro de las empresas contratistas del Estado.

La historia ya es conocida: un sicario llegó hasta la vereda ubicada al frente del ingreso al club y descargó una nueve milímetros. Dos balazos pasaron a pocos centímetros de las cabezas de tres personas que custodiaban el acceso. Varios más impactaron contra la pared. Y uno solo –según los peritajes- se coló por un lateral, desde un ángulo más que difícil. El proyectil ingresó en el salón donde se realizaba el asado e hirió en el cuello de Gabriela. A esa hora, había casi un centenar de personas en la reunión que encabezaba el propio Fittipaldi.

Un mes y medio después, la fiscal acusó al propio hermano de Gabriela, Gustavo "Pancuca" Herrera, de haber sido aquel sicario. Y lo detuvo.

Se sostiene que el tirado había ido a matar a otra persona y que sólo por su mala puntería terminó por asesinar a la joven.

La causa siempre tuvo como principal apuntado a Luis Mendoza, conocido en el submundo del club Talleres como "Luisito".

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El joven, que tiene 30 años, en sus redes hace alarde de formar parte de un sector pesado de La Fiel, la poderosa barra que ocupa la tribuna principal del club Talleres, pero que en realidad, como un pulpo, tiene negocios en diferentes ámbitos de Córdoba.

"Luisito" suele reportarse a Carlos Pacheco, un sujeto que supo ser uno de los líderes de La Fiel pero que cayó en desgracia interna tras ser llevado a juicio por un asesinato ocurrido en el balneario de El Diquecito en noviembre de 2013.

Pacheco era el fiel ladero del líder principal de La Fiel, Darío Cáceres, quien ahora desde la cárcel (fue condenado por un fenomenal contrabando de marihuana hacia Córdoba) continúa siendo una de las voces más potentes de la barra.

La pelea entre Pacheco y Cáceres llevó a que el primero fuera excluido del estadio Kempes. Sin embargo, el año pasado, se ufanó de haber podido ingresar en un sector donde sólo se accedía con las entradas de protocolo que el club suele darle a la agencia Córdoba Deportes. En aquella foto subida a sus redes por el propio Pacheco se lo veía en la cancha junto a "Luisito" y al tío de este, "Petaca".

"Luisito" permanece prófugo desde entonces. Su auto, una cupé Peugeot RCZ que fue vista merodeando los alrededores del club Yapeyú justo antes del crimen de Gabriela, fue encontrada meses después del asesinato en Rosario. 

El vínculo entre Córdoba y Rosario, o entre las poderosas barras de ambas provincias, no asoma como casual en toda esta historia. ¿Quién tiene hoy tanto poder para proteger a un prófugo durante más de un año? La pregunta genera una inmensa inquietud entre los investigadores.

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¿Por qué ahora también fue acusado el tío de "Luisito"? Para la fiscalía, "Petaca" Vallejos habría formado parte del plan homicida. Lo ubican antes del crimen en la misma zona, aunque en otro vehículo.

Hoy, mientras aguarda la declaración indagatoria, su abogado defensor Sebastián Maccari Gaido ya solicitó que le fuera restituida la valiosa camioneta que se le secuestró junto a los dólares el día de su detención. El rodado figura a nombre de la pareja de Vallejos. Antes, la fiscalía intenta establecer de dónde Vallejos obtiene los ingresos que le permiten sostener ese nivel de vida.

De acuerdo a lo que se sostiene en la causa, quien disparó aquella tarde de septiembre en realidad intentaba matar a uno de los custodios de Fittipaldi, Gonzalo Alberto Fuentes. Junto a su hermano Cristian "Coco" Fuentes, se ha convertido en un personaje clave para la investigación. ¿Por qué lo querían matar? Aquí el expediente ingresa en un terreno donde las hipótesis se superponen, pero no necesariamente se excluyen entre sí.

La puja entre Fitippaldi y el Surrbac por el control de Soelsac ya tenía varios capítulos violentos previos. Y continuó con un interminable laberinto judicial del que ahora llamativamente ya nadie habla en voz alta.

Tanto el Surrbac como la actual conducción de Soelsac tienen entre sus filas a barras de "La Fiel", la poderosa organización que manda en la popular de Talleres. Por lo general, integrantes de diversas facciones de La Fiel trabajan en estos sindicatos como "custodios" informales. O sea, lo que se dice una "fuerza de choque".

Tanto Fittipaldi como Saillén tienen aceitados vínculos con el peronismo que gobierna la provincia y el municipio capitalino. Ambos trabajaron de manera activa en las campañas del año pasado e incluso Fittipaldi fue electo legislador provincial (está entre los suplentes). Su abogado histórico, Ricardo Moreno, de quien ahora se habría distanciado, logró una banca como concejal de la ciudad de Córdoba.

En el terreno de las hipótesis se anotan tres palabras claves: barras, sindicatos y narcotráfico.

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Trepar en La Fiel significa ganar poder en buena parte de los gremios más grandes de Córdoba. Aunque también se puede analizar lo mismo al revés: ganar lugar en estos sindicatos termina por ser una llave para llegar al núcleo de las células que conforman la barra brava de Talleres.

¿Y el narcotráfico? La cúpula de La Fiel, según ya lo demostró la Justicia Federal en otra causa, no tuvo inconvenientes tiempo atrás de reunir en tiempo récord los millones necesarios para traer un fenomenal cargamento de drogas desde Paraguay hacia Córdoba.

Como sucede con "Los Monos" y "Los Guerreros" en Rosario, y con "La Doce" en Buenos Aires, hoy hablar de barras en Córdoba no se reduce a una mera disputa por cantar más fuerte en una tribuna. La multiplicidad de negocios, legales e ilegales, han engordado de poder a estas organizaciones, lo que lleva a que las disputas internas sean cada vez más virulentas. Y que, al mismo tiempo, se torne más complicado poder establecer cuál es el real motivo detrás de cada una de las disputas que llegan a oídos de la Justicia.

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